Carlos Tavares, CEO de Stellantis, no es el único que abandona el barco en medio de los nubarrones grises que planean sobre la industria del automóvil. Según apuntan desde Bloomberg citando fuentes familiarizadas con el fabricante de automóviles japonés, Stephen Ma, director financiero (CFO) de Nissan, también renunciará a su cargo en los próximos días.
No está claro si Ma puede ser degradado o dejar la empresa, según la fuente anónima. Lo que es evidente es que no corren buenos tiempos para la marca. Este cambio se produce 17 meses después de que Ashwani Gupta dejara el cargo de director de operaciones de Nissan, y lo hace en un momento muy delicado para la firma nipona, que redujo sus ventas globales durante el tercer trimestre en solo un 2,8%.
Sin embargo, la caída del beneficio operativo fue del 85%. Esto se debe a que la marca se vio obligada a aumentar los incentivos a los concesionarios para ayudarles a vender coches. Una medida que ha supuesto un desembolso superior a los 150 millones de euros al tipo de cambio actual. Además, Renault está reduciendo su participación en la compañía (ya posee menos del 40%).
Por otra parte, el Financial Times se hacía eco la semana pasada de que dos altos funcionarios de Nissan (sin identificar) han confirmado que la marca está buscando un nuevo inversor principal. “Tenemos 12 o 14 meses para sobrevivir”, dijo uno de ellos a la mencionada fuente. Añade, además, que “esto va a ser difícil. Y al final, necesitamos que Japón y Estados Unidos generen efectivo”.
¿Será Honda ese salvavidas? Tenía razón Carlos Ghosn en 2018 cuando habló de una adquisición encubierta de Nissan y Mitsubishi por parte de Honda? Es pronto para saberlo, pero sí sabemos que Nissan está en «modo de emergencia» y que llevará a cabo algunas medidas drásticas.
Nissan busca un salvavidas
Como ha ocurrido en otros fabricantes como Stellantis, en estos últimos meses Nissan ha detenido la producción de algunos modelos como el Rogue y el Frontier para reducir inventario. Además, pidió a muchos de sus concesionarios que vendieran a pérdidas. Para mejorar su salud financiera, ahora reducirá en un 20% su capacidad global de producción.
Cabe destacar que esta es actualmente de cinco millones de unidades anuales. Esto ayudará a alinear la producción con las ventas. Además, la compañía japonesa planea eliminar 9.000 puestos de trabajo. Con ello, creen que podrían ahorrarse 3.000 millones de dólares, aunque por el momento no han facilitado un calendario que defina cuándo se van a llevar a cabo estas actuaciones.
Nissan prevé unos ingresos operativos para el ejercicio fiscal, que finaliza en marzo, un 70% inferiores a los de su anterior previsión.
Por otra parte y, a fin de rendir cuentas por los problemas actuales de Nissan, su director ejecutivo, Makoto Uchida, aceptará una reducción salarial del 50%. En última instancia, la compañía planea vender un tercio de su participación en Mitsubishi para lograr sus objetivos de rentabilidad. Esta medida le aportaría unos 440 millones de euros al tipo de cambio actual.
Eso, lógicamente, no implica una ruptura de la alianza con Mitsubishi y Renault. Si bien Nissan está reevaluando su hoja de ruta presentada a principios de año, con diversos retrasos en sus lanzamientos, el fabricante de automóviles tiene muchos productos nuevos y renovados en camino, los cuales podrían ayudar a revertir los problemas financieros. Por ejemplo, el Nissan Micra que pronto conoceremos.