Últimamente las cosas se están poniendo serias en materia de combustible con las propuestas de la Unión Europea y del Ministerio de Transición Ecológica, como el fin del vehículo de combustión interna para 2040, la equiparación del precio del diésel y la gasolina o la obligación para aproximadamente 1.200 gasolineras de convertirse en ‘electrolineras’ en un plazo máximo de 27 meses.
En este hilo, hace algún tiempo os comentamos cuáles eran los impuestos que hay detrás de un codiciado litro de combustible y nos quedamos “ojipláticos” al ver que, entre unas cosas y otras, de cada litro de combustible, las arcas del estado se embolsan 40,07 céntimos por el impuesto estatal general, mientras que en el caso del diésel esto supone unos 30,70 céntimos (lógicamente, esto varía dependiendo del precio y las subidas o las bajadas de la base). Y también está el tipo estatal especial, de 2,4 céntimos de euro por litro para ambos carburantes.
¿Te parece mucho? Pues como regalo para este 2019, el 1 de enero aumentará la fiscalidad en los carburantes, pero ojo, porque no lo hará con la misma intensidad en todas las comunidades autónomas. Al hilo de este asunto, quizás recuerdes que los Presupuestos Generales del Estado del Gobierno de Rajoy, aprobados por el Congreso el pasado 23 de mayo, incluían un incremento encubierto de la presión fiscal de los carburantes.
Dicho incremento afecta a un total de nueve comunidades autónomas, entre las que vemos Madrid, La Rioja, País Vasco, Navarra, Extremadura, Asturias, Cantabria, Castilla y León y Aragón. Esta subida de impuestos está relacionada directamente con la eliminación del tramo autonómico o, como se conoce popularmente, el “céntimo sanitario” del Gobierno de Aznar (2002). Ahora, el tipo estatal especial pasa de 4,8 céntimos por litro a 7,2 céntimos.
Estas comunidades autónomas en la actualidad aplican tipos inferiores o bien no los aplican directamente, por lo que verán incrementada la presión fiscal, aunque de forma distinta. En aquellas comunidades donde no se aplica este gravamen, como Canarias, La Rioja, Castilla y León, Navarra o País Vasco, verán incrementados los impuestos de los carburantes en un 12%, mientras que en Andalucía, Galicia o Asturias, donde ya se aplicaba dicho tipo máximo, no verán ninguna subida adicional.
Con los nuevos Presupuestos Generales del Estado, Hacienda busca “garantizar la unidad de mercado en el ámbito de los combustibles y los carburantes, integrando el tipo impositivo autonómico del Impuesto sobre Hidrocarburos en el tipo especial, sin que dicha medida suponga un menoscabo de los recursos de las comunidades autónomas y todo ello dentro del marco normativo comunitario (de ahí su subida al alza)“.
En las regiones donde se incrementa la presión fiscal el precio del carburante aumenta en hasta 2,6 euros por cada repostaje, lo que a la larga supone un desembolso considerable para los conductores. Otras comunidades autónomas como Madrid no experimentarán una subida tan radical, puesto que hasta ahora habían situado este impuesto en un tramo intermedio (1,7 céntimos).
Vamos a por un nuevo récord de recaudación. Si hacemos unos cálculos rápidos, podemos ver que la gasolina de 95 octanos tendrá una fiscalidad de 47,27 céntimos por litro, mientras que la del gasóleo -antes de que la incremente el Gobierno actual-, de 37,9 céntimos. A todo ello hemos de sumarle el 21% de IVA, lo que se traduce en que el 56% y el 52% -respectivamente- del precio de venta al público de los combustibles son impuestos.