El año 2022 llegará con una subida en los impuestos para los automóviles nuevos que complicará todavía más la actual situación del sector. A la falta de chips y semiconductores hay que sumar la recesión económica y la sensación de inestabilidad laboral por la que están pasando muchos trabajadores, firmando un panorama muy negro.
La subida del impuesto de matriculación será la encargada de encarecer los precios de los coches entre 600 y 1.000 € así que si ya te asustaban las tarifas actuales, a partir de enero no habrá quién pise un concesionario de vehículos nuevos en el territorio nacional.
A pesar de una mala noticia ya sabíamos que terminaría ocurriendo tras la entrada en vigor de la normativa WLTP y la negativa por parte del gobierno a la equiparación de los tramos respecto a los fijados con la anterior normativa más permisiva NEDC.
Si estás pensando en comprar un coche deberás darte prisa y optar por uno de los pocos coches que quedan en stock con entrega inmediata para poder evitar esa nueva subida de los precios. Sin duda el sector no parece levantar cabeza y tampoco el gobierno tiene pensado darle tregua.