El fantasma de las emisiones diésel fraudulentas vuelve a sacudir la industria automovilística europea. En esta ocasión se trata de una acción coordinada de Eurojust, la agencia europea para la cooperación en materia de justicia penal, y afecta directamente a la filial europea de Suzuki.
Tal y como señala DW, los funcionarios de la agencia están investigando si el gigante japonés manipuló los resultados de las pruebas de emisiones que afectan a 22.000 automóviles. Bajo esta premisa, la policía alemana registró las oficinas del fabricante de automóviles nipón el pasado miércoles.
Según los informes, los motores se equiparon en vehículos de la planta de producción de Suzuki en Hungría. Recordemos que esta fabrica el SX4 S-Cross y el Vitara, que han estado en producción desde 2013 y 2015, respectivamente.
La investigación a Suzuki en detalle
Los fiscales señalan que se está investigando a miembros del equipo de Suzuki responsables del uso de dispositivos de desactivación ilegales. Estos reducen artificialmente la cantidad de emisiones de un vehículo en situaciones de prueba, en comparación con las emisiones en escenarios de la vida real.
Al parecer, las autoridades no solo registraron la sede europea de Suzuki en Alemania, sino también sus oficinas en Hungría e Italia. Por su parte, Eurojust revela en un comunicado que las redadas fueron «para contrarrestar el uso de dispositivos de emisión defectuosos en los motores, utilizados en automóviles de un fabricante japonés«.
Añade que los dispositivos «supuestamente se instalaron en los motores diésel fabricados en Italia de una gran cantidad de automóviles, dando la impresión de que las emisiones de óxido de nitrógeno de los vehículos estaban en línea con las regulaciones de la UE«. En este caso, Eurojust no menciona a otras partes involucradas.
Sin embargo, la agencia de noticias Reuters apunta que el fabricante de automóviles Stellantis y el fabricante de componentes japonés Marelli también están implicados en las investigaciones. El primero suministró a Suzuki motores diésel y el segundo piezas para esos motores. Las tres compañías confirman estar colaborando con las autoridades.
No es de extrañar, ya que tanto Stellantis como Suzuki tienen un historial de irregularidades en las emisiones de los motores diésel. En Japón, Suzuki, junto con Mazda y Yamaha, admitieron haber usado datos de emisión falsos para algunos vehículos en 2018. Estaremos atentos para ver cómo se resuelve el asunto…