Hoy queremos estrenar una sección completamente nueva en Autonocion. De vez en cuando las marcas sacan al mercado modelos que, por distintos motivos, no terminan de triunfar. Vamos a intentar recordar de vez en cuando uno de esos modelos que no han calado en el público como sus diseñadores y creadores preveían. No necesariamente serán coches feos, raros, especialmente caros o extravagantes, sino coches de esos que cuando vienen a la memoria le decimos al de al lado: ¿Oye, te acuerdas de…?
Queremos empezar con un coche conocéis casi seguro, aunque lo más probable es que sólo desde la distancia. Su color más habitual, un amarillo que no pasaba desapercibido, lo convertía en un gran atractivo para, al menos, los más pequeños. Aún recuerdo una de mis primeras visitas al Salón del Automóvil de Madrid en el stand de Skoda, como loco por que mis padres se comprasen uno. Se trata nada más y nada menos que del Skoda Felicia Fun.
El Skoda Felicia Fun fue un vehículo que estuvo en producción entre los años 1995 y 2001, y aunque llegó a España, muy pocos fueros los que se aventuraron a adquirir uno. El Felicia Fun era la segunda generación del Skoda Pickup, como su nombre indica, era un pickup creado sobre la base del Skoda Favorit (antecesor del Felicia).
Por aquel entonces (antes de 1993), Checoslovaquia y los países del este de Europa acogían con agrado este tipo de vehículos hechos sobre la base de un turismo, en lugar de partiendo de un todoterreno. El Skoda Pickup era un biplaza con gran capacidad de carga, casi el equivalente a una furgoneta, mientras que su sucesor, el Felicia Fun, tenía un corte más desenfadado enfocado también al ocio.
Los colores vivos, sumados a la adición de una segunda fila de asientos descubierta, convirtieron al Felicia Fun en un coche perfecto para zonas costeras, lo que parecía un claro intento por exportar el producto al sur de Europa. Los ocupantes de las plazas traseras podían ir al descubierto o tapados con una lona, mientras que el conductor y el acompañante se encontraban bajo el techo propiamente dicho del vehículo.
El interior, menos discreto aún si cabe que el exterior, contenía elementos en volante, palanca de cambios, salpicadero y tapicería del mismo color que la carrocería, lo que podía suponer un auténtico “cante”. Mucho ojo a la apertura y cierre de las plazas traseras en el vídeo que acompañamos.
Su mayor virtud fue la modularidad y aprovechamiento de la zona de carga, apta para llevar herramientas, ir a la playa, o hasta llevar un boogie. A destacar de su mecánica la suspensión McPherson en el eje delantero y los frenos de disco en las ruedas también delanteras. En cuanto al motor, se fabricó tanto en diésel -1.9 D de 64 cv (posteriormente 75 cv)- como en gasolina –versiones 1.3 y 1.6 entre 55 y 75 cv. Su precio rondaba los 11 400€ allá por el año 1999.
Y ahora os pregunto, ¿os acordáis del Skoda Felicia Fun?
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¿Os acordais d Fiat Multipla?
Como para olvidarlo jajaj aunque hay que decir que, en lo que a ventas se refiere, tuvo algo más de éxito
Curiosamente han desaparecido del mapa… yo hace tiempo que no veo ninguno por las calles
Hola.yo soy de jaen.y tengo ese modelo.nunca me ha dado problemas de mecanica jeje
Hace poco por falta de dinero no me hice con uno,a dia de hoy espero que pronto tenga el mio,en Tenerife quedan pocos y dificil que vendan alguno