Tesla puede tener su fallos, pero si por algo se caracteriza el fabricante de Palo Alto es por sus espectaculares acciones de publicidad que siempre nos dejan con la boca abierta. Desde lanzar un Tesla Roadster al espacio hasta cada presentación oficial de un nuevo modelo, donde todo está calculado y la imagen prima frente al producto. Ahora, un Tesla Model X ha sido el encargado de remolcar un Boeing 787-9 Dreamliner de la compañía australiana Qantas, unas imágenes que en poco tiempo han dado la vuelta al mundo tras publicarse en el canal de Youtube de la compañía aérea.
Es verdad que no es la primera vez que vemos algo así, hace relativamente poco un Porsche Cayenne Diésel se puso al frente del avión de pasajeros más grande del mundo, nada menos que un Airbus A-380 de Air France. Aún así, Tesla ha conseguido sorprender al mundo una vez más, y a la vez ha conseguido batir un nuevo récord, gracias a las 130 toneladas que pesa este Boeing ha superado los registros de remolque de un vehículo eléctrico.
También hay que decir que esta imagen tiene truco en diferentes sentidos. Para empezar, porque el avión iba vacío y descargado, además de probablemente con una menor carga de combustible, pero pese a esto suma más de 130 toneladas. El modelo elegido para semejante hazaña fue el Model X P100D, el más potente de la gama con un par máximo de 967 Nm y un peso de 2.465 kg es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,1 segundos o alcanzar una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora.
Para que compares, el tradicional ‘push-back‘ que mueve los aviones en pista pesa hasta 54.000 kilogramos y tiene una fuerza de unos 334 kN (340.000 Nm). Qantas ha querido promocionar de esta forma la nueva flota de vehículo eléctricos que estrenará en los aeropuertos de Sidney y Canberra, ya que habitualmente estos son diésel. Pese a esto, sabemos de primera mano que un Model X es capaz de mucho más, después de que remolcara en Los Ángeles un tren de contenedores de más de 110.000 kilogramos.