Durante los últimos años la electrificación ha ido tomando forma y ahora empiezan a verse los primeros resultados en forma de unas ventas cada vez más abultadas, eso sí, el coche eléctrico es el objetivo de multitud de críticas, algunas constructivas y otras totalmente destructivas.
Hoy vamos a intentar aclarar todo lo relativo a los incendios de los coches eléctricos y si estos como tal, son más o menos probables que los de un coche diésel o gasolina equivalente.
Durante los últimos años, los «grandes incendios» producidos en parkings de aeropuertos, centros comerciales o calles de multitud de localidad e incluso barcos de transporte han sido publicados en multitud de medios – incluido el nuestro-, para informar sobre la situación. A medida que se iban conociendo detalles, siempre surgía la duda de si el incendio había sido o no causado por un coche eléctrico.
Si a esto le sumamos multitud de vídeos de coches eléctricos que se incendian aparentemente solos, el caldo de cultivo para la especulación está servido, pero, ¿tienen los coches eléctricos más probabilidad de incendiarse que un coche equivalente con motor de combustión interna o sistema híbrido?
Entidades como la Agencia Sueca de Contingencias Civiles (MSB) o EV FireSafe han demostrado que los incendios de los coches eléctricos son un hecho, que presentan mayores desafíos que los de un vehículo ICE convencional pero que no se producen en un mayor número, sino todo lo contrario.
Investigaciones independientes de varios países han determinado que los coches eléctricos tienen muchas menos probabilidades de incendiarse que los coches con motor de combustión interna. El problema radica principalmente en que cuando un coche eléctrico se incendia, este incendio es mucho más espectacular, rápido y voraz que el de un coche ICE y esto es lo que queda plasmado en multitud de vídeos que circulan por la red.
Además de esto hay que subrayar que los listados de siniestros normalmente aglutinan a muchos tipos de vehículos y en el caso de los vehículos eléctricos, además de coches, incorporan motocicletas eléctricas pero también micro coches, patinetes, bicicletas eléctricas y otros medios de transporte que gozan de menores medidas de seguridad que las de los coches eléctricos. La Agencia Sueca de Contingencias Civiles (MSB) demostró que en 2022 hubo 106 incendios de vehículos eléctricos en Suecia durante ese año pero que de esos 106 siniestros sólo 23 de ellos estuvieron relacionados con automóviles de pasajeros, mientras que el resto eran scooters y bicicletas eléctricas.
A pesar de lo que muchos crean, el medio de transporte más seguro es el tren seguido del avión, sin embargo, la gente como norma general se siente más segura en su coche, a pesar de que estadísticamente resulta más probable fallecer en una accidente de coche que en uno de avión y de tren. Pues bien, estadísticamente existen menos posibilidades de que un coche eléctrico se incendie de que lo haga uno diésel o gasolina, concretamente, veinte veces menos de probabilidades de incendio.
Hay 20 veces menos de posibilidades de incendio en un EV que en un ICE
Estas estadísticas han tenido en cuenta que hay un número muy inferior de coches eléctricos en las carreteras y aun así un ICE tiene 20 veces más de probabilidades de incendiarse que un coche 100% eléctrico.
Si los números de la Agencia Sueca de Contingencias Civiles no te gustan, has de saber que EV FireSafe, una empresa australiana dedicada a analizar siniestros, estadísticas y riesgos de todo lo relacionado con la movilidad eléctrica y sus baterías, estudió datos globales sobre los informes de incendios de vehículos eléctricos entre 2010 y 2022 y concluyó que había un 0,0012 por ciento de posibilidades de que un vehículo eléctrico de pasajeros se incendiara, en comparación con el 0,1 por ciento de posibilidades de incendio de un diésel o gasolina.
Si comparamos los porcentajes de EV FireSafe, hay 80 veces más de posibilidades de incendio en un coche ICE que en un EV con los datos de más de una década.
Como puedes ver, de momento los coches eléctricos ganan por goleada, sin embargo, un informe publicado por Autoinsurance EZ establecía que los vehículos electrificados -híbridos, micro híbridos y PHEV- eran más propensos a incendiarse y hablaba de 3.474 caso por cada 100.000 vehículos vendidos frente a los 1.529 casos por cada 100.000 de los ICE y los 25 casos por cada 100.000 unidades de los vehículos puramente eléctricos.
Teniendo todas estas estadísticas a favor, ¿cómo es posible que el pensamiento mayoritario es que el coche eléctrico se incendia más que el diésel o el gasolina de toda la vida?. La respuesta es sencilla, es algo nuevo y por eso la gente presta más atención a cada uno de los incendios que circulan en vídeo por la red.
Si nos paramos a analizar los elementos que pueden causar problemas de un coche eléctrico, encontramos sólo dos piezas, que son sus dos baterías. Sin embargo, en un coche de combustión interna además de que las temperaturas de funcionamiento del motor pueden ser más propicias para generar un incendio, existen muchos más líquidos que son inflamables como lo es el propio combustible o el líquido de frenos que en contacto con superficies calientes como el tubo de escape o el motor, pueden inflamarse -sí, se que el líquido de frenos, el refrigerante o los aceites de los diferenciales también están presentes en un EV, pero son líquidos inflamables cuando los expones a una fuente de calor como un tubo de escape o un bloque motor-.
Todo esto que os he contado está muy bien y decanta la balanza hacia el coche eléctrico pero también existen problemas inherentes a este tipo de tecnología como por ejemplo el desafío que supone un incendio en una batería para los servicios de emergencia.
Muchos de estos estudios/informes que os hemos citado hablan sobre que los vehículos eléctricos (EV) son seguros para conducir, estacionar y cargar. Los incendios de baterías de vehículos eléctricos son poco comunes y generalmente ocurren después de fallos de fabricación o abuso de la batería pero ojo, porque también hablan sobre los desafíos que plantea un incendio de batería para servicios de rescate, emergencia y bomberos.
Esto se debe a que las baterías se queman de una manera diferente al combustible, y los bomberos deben responder de manera diferente al incendio. También existe el riesgo de que se produzcan nubes de vapor tóxico, chispas y chorros de llamas altamente direccionales debido al incendio de un vehículo eléctrico. Además el riesgo de un incendio secundario o una reactivación una vez dadas por extinguidas las llamas, también es mucho mayor.
Los incendios de baterías necesitan, como norma general más agua o materiales para sofocarse en primer lugar y existe un mayor riesgo de que el incendio pueda reavivarse horas, días o incluso semanas después del incendio inicial debido a la energía almacenada en su interior.
En los últimos meses hemos visto como algunas compañías navieras han comenzado a negarse a transportar vehículos eléctricos y es que un incendio a bordo ya presenta suficientes desafíos en alta mar como para encima añadirle factores extra de dificultad.
Si bien es posible que los vehículos eléctricos no inicien el incendio en primer lugar, si están estacionados en un espacio cerrado, sus paquetes de baterías podrían complicar la situación y el trabajo de los bomberos.
A pesar de lo que os hemos comentado y de las cifras más que discutibles -por la metodología aplicada- sobre todo de Autoinsurance EZ, es importante subrayar que los incendios en coches son extremadamente raros y que algunas tecnologías de baterías como por ejemplo la Blade Battery LFP de BYD ha sido sometida a fuego directo, penetraciones y taladros sin que esta arda a posteriori, demostrando que se pueden hacer baterías mucho más seguras y que no generen problemas en caso de accidente o incendio.