Seguro que alguna vez has soñado con ponerte al volante de un descapotable, ya sea un Mustang clásico a lo largo de la Ruta 66 o un Aventador S Roadster por el paseo marítimo de Puerto Banús. Lo cierto es que los coches descapotables no terminan de ser del todo prácticos, sin embargo, a ninguno nos importaría tener uno en el garaje para salir a dar un paseito con la melena al viento los días soleados.
Probablemente te hayas dado cuenta de que a la hora de hablar de vehículos descapotables los fabricantes usan diversos términos: cabrio, targa, roadster, spyder, convertible… ¿Por qué tantas denominaciones? ¿Significan realmente lo mismo? Esto es como el mundo de los superhéroes, ¿con capa o sin ella?
Pues los mercadólogos podrán decir misa, pero la realidad es que las diferencias entre todos ellos fueron pensadas a conciencia y en base a los costes de producción. Pensemos que siempre resulta más barato de producir un vehículo con techo que sin él, pero el tiempo pasa, la tecnología avanza y el cliente es cada vez más exigente.
Esto ha dado lugar a un amplio abanico de productos y especificaciones, incluyendo nuevos tipos de techos para los descapotables, que dejan atrás a las clásicas capotas de lona. Pues al igual que en su día os hablé de las diferencias entre crossover, SUV y todoterreno, hoy es el turno de los modelos a cielo abierto.
Recuerda que todos ellos tienen su razón de ser y hay que saber diferenciarlos para hablar con propiedad, ya sea en los foros, entre amigos o en la barra del bar.
Descapotables Cabrio
Como ya te estarás imaginando, la denominación cabrio procede de acortar el término galo ‘cabriolet’. Tiene su origen en los carruajes tirados por caballos y hace referencia a un vehículo ligero y deportivo que conducía el propio pasajero, por lo que su enfoque podemos decir que era lúdico.
Actualmente se emplea indiscriminadamente para todos los vehículos descubiertos, pero técnicamente se refiere a la versión a cielo abierto de un coupé o una berlina que, por lo general, posee cuatro o más plazas. Otra diferencia notable entre un descapotable y un cabrio reside en la forma en la que se pliega el techo, el cual puede ser de lona, tela, plástico o vinilo.
En los modelos cabrio, el techo se pliega mecánicamente dentro del propio vehículo, quedando completamente oculto entre las plazas traseras y el maletero. Por razones estructurales, estos coches son de dos o 2+2 plazas y hay muchos ejemplos, como el Mercedes-Benz Clase S Cabrio, el BMW Serie 4 Cabrio, el Audi A5 Cabrio…
Descapotables Coupé-Cabrio
Es la denominación preferida de la mercadotecnia y se puso especialmente de moda a finales de la década de 1990. Probablemente te suenen modelos como el Peugeot 308 CC o el Volkswagen EOS, dos de los máximos exponentes de este tipo de coches en los últimos años. Lo cierto es que tuvieron su éxito, pero han ido desapareciendo progresivamente.
Un coupé-cabrio es básicamente un descapotable que posee un techo rígido plegable mecánicamente, lo cual permite jugar con ambas opciones de carrocería sin las desventajas del ruido, la temperatura y la seguridad que conllevan otros tipos de capotas. Eso sí, también hemos de tener en cuenta que el espacio que requieren para guardar el techo es mayor.
Esto daba lugar a un diseño peculiar y prominente de la trasera en la inmensa mayoría de los casos. Es fácil darse cuenta de que los modelos descapotables con techo duro retráctil lucen tres volúmenes claramente diferenciados, representando el maletero gran parte de la carrocería. En la actualidad, los elevados costes de desarrollo y producción han hecho que volvamos en gran medida a las capotas de lona.
Descapotables Convertibles
El término convertible está cada vez más en desuso, pero hace referencia a aquellos modelos pioneros en tener un techo practicable que no necesariamente se ocultaba en el maletero. En estos casos la capota puede ser rígida o de otro material, pero es flexible y puede permanecer plegada a la vista o ser desmontada completamente del automóvil.
Normalmente, un convertible cuenta con una configuración especial de chasis para soportar correctamente las fuerzas de la rigidez torsional. Ejemplo de ello son el Ford Mustang o el Chevrolet Camaro.
Descapotables Roadster
Este término nació en la década de los ’50 para denominar aquellos descapotables ingleses de pequeñas dimensiones tan populares en los años ’50 y ’60 por su participación en las carreras. Modelos como el Triumph TR5 o el Lotus Seven son algunos de los máximos exponentes nacionales de este término, pero probablemente caigas mejor en la cuenta si te hablo del Mazda MX-5.
Antes eran modelos de hasta tres plazas que carecían de ventanillas y poseían una capota rudimentaria, pero actualmente el término se emplea para los deportivos descapotables de dos plazas.
Descapotables Spider
Puede que cada vez que veas el término spider en un deportivo pienses que se trata de una forma de decir elegantemente roadster. Sin embargo, este término italiano nació antes incluso que el propio automóvil, remontándose a la década de 1800, cuando un carruaje tirado por caballos era el principal medio de transporte.
Dichos carros (también llamados a veces «Phaetons») eran de muchas formas y tamaños diferentes: había carros de carga, de transporte de pasajeros y carruajes ligeros que, gracias a su aspecto, llegaron a conocerse como arañas. Como se puede ver en la imagen inferior, estos carruajes tenían una estructura más pequeña y grandes ruedas de madera con delgados radios, los cuales parecían patas de araña.
Una vez que aparecieron los automóviles, dicho nombre se transfirió a los vehículos ligeros, ágiles, deportivos y descapotables que no derivan de un modelo existente y que, por lo tanto, no podemos encontrar con otro tipo de carrocería. Como podrás ver si echas un vistazo al mercado, esto ya no es así, siendo el Ferrari Portofino uno de los poco ejemplos claros que quedaban.
El vocablo es especialmente utilizado por los italianos -aunque también lo emplean Audi o McLaren, por ejemplo- y, en cuanto a la diferencia entre «Spider» y «Spyder», esto sólo se debe a las preferencias del fabricante. Sin ir más lejos, la propia Ferrari usó el término Spyder en el pasado, pero en modelos como el 488 ha cambiado a Spider.
Porsche, por su parte, utilizó la «Y» en el 918, mientras que compañías como McLaren y Fiat se decantan por la «I».
Coches Descapotables, en general
A pesar de que el término descapotable se emplea para referirse a todo aquél modelo con techo practicable, los puristas lo utilizan para denominar a ese tipo de vehículos que, aparentemente, son coches cerrados pero que, en su parte superior, disponen de una capota de lona retráctil que se pliega abarcando incluso la luneta posterior.
Los modelos más representativos suelen tener un carácter urbano, como el smart cabrio o el Fiat 500C, y suelen estar caracterizados por contar con el arco de las puertas y del techo fijos, aunque también se engloba en este apartado, por ejemplo, al Jeep Wrangler Unlimited, que ofrece un techo desmontable.
Coches tipo Barqueta
Inicialmente este tipo de modelos ‘barchetta’ estaban enfocados a la competición, aunque podemos ver algunos ejemplos en el mercado actualmente. Son vehículos que se despojan de toda comodidad posible para centrarse en lo realmente importante: el mínimo peso posible.
No hay muchos ejemplos, pero piensa en un KTM X-Bow o en el Dallara Stradale, carecen de parabrisas, puertas, ventanillas, aire acondicionado, capota, techo… Da gracias a que tienen un volante, un asiento y cuatro ruedas, pues el conductor va totalmente descubierto.
Descapotables Targa
Si estabas pensando que el mítico Porsche Targa de 1965 fue pionero en esta configuración y asentó el nombre, has acertado. La carrera Targa Florio de la que el deportivo de Stuttgart había sido pentacampeón dio la idea a los ingenieros de la marca y, aunque no fue el primero en adaptar este tipo de estructura (ya existían los Triumph TR4 de 1961 y Saab Catherina de 1964) sí que fue el más reconocido.
El objetivo de Porsche era conquistar a un mercado americano preocupado por la seguridad y los denominados denominado Targa Top o Surrey Top son considerados semi-descapotables, pues la parte removible (normalmente a mano) del techo únicamente va desde parabrisas al roll bar instalado con el medallón fijo, detrás de los ocupantes del vehículo.
El mejor ejemplo actual es, sin duda alguna, el precioso Porsche 911 Targa.
Descapotables Hardtop
Los vehículos hardtop nunca han sido especialmente populares -salvo en los Estados Unidos-, pues su techo rígido desmontable consta de una pesada pieza que rara vez puede montarse y desmontarse por una sola persona. La idea es colocar el techo sobre el vehículo únicamente en aquellas épocas en las que no vamos a circular descapotados, como pueda ser el invierno.
Podemos ver ejemplos de tipo coupé, como el Mercedes SL Pagoda o todoterrenos como el Suzuki Vitara, aunque este último disponía también de opciones de tela más cómodas y variantes T-Top de las que ahora hablaremos.
Descapotables T-Top
Muy populares también al otro lado del Charco en las décadas de los ’70 y ’80, así como en Japón, este tipo de vehículos resultan muy similares a los targa al contar con una arista central que une el parabrisas con el arco trasero.
Con ello se logra una mayor rigidez estructural, contando con dos semi-techos inamovibles e independientes. Actualmente no se fabrica ninguno, pero a lo largo de la historia hemos visto grandes representantes como el Chevrolet Corvette C3 o el Nissan 300ZX T Top.
Descapotables Laundalet
Este término se ha puesto de moda en los últimos años gracias a Maybach y Mercedes-Benz, pero ya en la segunda mitad del siglo XX los landaulets fueron utilizados por figuras públicas (como jefes de estado) en actos formales.
Ahora raramente se usan por temor a un ataque terrorista, pues son aquellos vehículos de tipo limusina en los cuales únicamente la parte de atrás es descapotable -y normalmente el techo es de lona-. Los ejemplos más claros son los Lexus LS 600h L Landaulet y el poderoso Mercedes-Maybach G 650 Landaulet.