Numerosos organismos europeos ya han empezado, previa a su llegada, a asesorar a los automovilistas en la planificación de un invierno que aunque es cierto que no afecta a todos los países por igual, es una época del año donde en mayor o menor medida los neumáticos de invierno continúan siendo una de las mejores y más eficaces opciones para paliar los efectos del mal tiempo.
En sitios donde el invierno se manifiesta con más severidad, es habitual para muchos conductores, sobre todo después de las últimas legislaciones de países como Alemania donde ya es obligatorio, el empleo de neumáticos de invierno, lo que se está volviendo cada vez más común en países no tan fríos, pero que no termina de calar como quizás debiera en otros como el nuestro.
Los neumáticos de invierno, muy al contrario de lo que se pueda pensar, no son una estrategia comercial, o algo sin efectividad si se tiene un vehículo convencional, todo lo contrario, son un producto de características y composición especiales, diseñado expresamente para combatir la peores condiciones climatológicas, optimizando el agarre sobre firmes helados y mejorando el drenaje con respecto a un neumático convencional.
Se trata de gomas con un dibujo diferente, surcos de mayor ancho y profundidad, así como pliegues del dibujo laterales para un mejor agarre en nieve y hielo, donde esa composición específica de sus materiales evita el endurecimiento de la goma a bajas temperaturas, marcando la diferencia con respecto a un neumático convencional que no mantiene en igualdad de condiciones la adherencia al punto de congelación (por debajo de 7º bajo cero pierden mucha más efectividad todavía).
Pero ojo, porque los neumáticos de invierno, pese a su capacidad de drenaje, no son adecuados para todo el año. Este tipo de gomas vienen identificadas por un copo de nieve en una montaña, en el flanco. Los neumáticos convencionales mejoran en rendimiento a estos cuando las temperaturas son altas y se circula sobre seco, por lo que se hace necesario sustituir unos por otros dependiendo de la temporada o si se tiene un juego adicional de llantas.
Muy al contrario de lo que se pueda pensar, los neumáticos de invierno no están solo enfocados a aquellos conductores que viven en zonas remotas, donde las condiciones de invierno tienden a agravarse por más tiempo, o para aquellos que tienen que viajar habitualmente sin importar el clima, sino para cualquiera que haciendo un uso mixto del coche, pueda verse sorprendido por lluvia intensa, nieve o hielo, o conduzca con temperaturas bajas. Se trata de una opción muy completa para esa mitad del año más fría ya que las distancias de frenado mejoran notablemente, siendo casi un 10% menores en mojado a una velocidad media razonable, y de casi un 50% en nieve, lo que se podría decir que marca claramente la diferencia entre para el coche a tiempo, o estrellarse.
Una alternativa al cambio de neumáticos es llevar cadenas metálicas para la nieve o cadenas textiles (fundas) que, de un material especial, vienen preparadas para adherirse sobre firme deslizantes. Cualquiera de estos puede utilizarse con neumáticos estándar, no ofrecen especiales dificultades a la hora de su instalación y son fácilmente almacenables, pero no nos equivoquemos, no son igual de efectivos, y tienen la contrapartida en el caso de las cadenas de deteriorar suspensiones, dirección, e incluso de dañar algún sistema del vehículo en caso de rotura. Las fundas se estropean perdiendo toda efectividad una vez que se abandona firme nevado, lo que en caso de carreteras medio nevadas hace incómoda su utilización.
El mayor inconveniente a la hora de comprar unos neumáticos de invierno puede estar en su superior precio con respecto a las anteriores fórmulas, necesitando de 200 a 600 euros aproximadamente dependiendo del modelo y marca así como de la medida de neumático y perfil de llanta, aunque haciendo un buen uso de ellos pueden durar varias temporadas.
A continuación pongo un video explicativo que resalta las mayores diferencias entre cadenas y neumáticos de invierno:
Muchos son los fabricantes que incluyen diferentes modelos de neumáticos de nieve en sus catálogos. Si te decides a comprar unos neumáticos de estas características es porque eres consciente de su importancia y la necesidad de su efectividad, por eso, si asumimos el gasto que supone la compra de un segundo juego de gomas de nieve, busquemos el aval de fabricantes con experiencia en la fabricación de este tipo de productos, lo que no implica tener que comprar lo más caro.
Determinando que la temporada de invierno es de octubre a abril aproximadamente, para rodajes por debajo de los 5000 kilómetros en un vehículo medio convencional, un producto de gama media-baja nos ofrece muy buenas características que sin incurrir en un gasto enorme nos pueden durar tiempo. Si por el contrario las distancias recorridas exceden de esos 5.000 kilómetros (pensemos que de octubre a abril estamos hablando de alrededor de medio año) ya se hace aconsejable optar por una gama media o media-alta, sobre todo si se trata de vehículos premium y de altas prestaciones, e invertir en un juego de neumáticos que garantice una mayor duración.
Respecto al tipo de neumático, si lo que más priorizamos es un buen comportamiento en vías mojadas y resbaladizas o en nieve y barro, con buena motricidad y correcta frenada, lo más adecuado sería optar por neumáticos de nieve direccionales.
Por otra parte, tendríamos en cuenta que si lo que queremos es aumentar el grado de seguridad en curva, con buena direccionalidad y una larga vida de los neumáticos, lo suyo sería decantarse por neumáticos de invierno asimétricos, de un uso algo más polivalente.
Un neumático de banda de rodadura asimétrica tendrá un dibujo diferente a cada lado del neumático, disponiendo en el flanco de la indicación correspondiente al montaje donde “inside” nos indica la parte interior y “outside” la exterior. Los tacos de la banda de rodadura en el flanco exterior del neumático son más grandes lo que garantiza estabilidad en curva, evitando el deslizamiento y favoreciendo la tracción lateral mientras previene el desgaste prematuro del dibujo lateral. Cabe destacar que una tracción lateral óptima y estable se traduce en mayor vida útil para el neumático.
Michelín Pilot Alpin
El lado interior de la banda es el responsable de la evacuación del agua sobre la que se circula y de la adherencia longitudinal. Los tacos de la banda interior son algo más pequeños y algo más cortos y cuentan con un mayor número de laminillas o pliegues, lo que ayuda en la evacuación de grandes cantidades de agua favoreciendo la tracción.
Uno de los aspectos más característicos de los neumáticos de invierno es que son direccionales en su mayoría. Es fácil reconocer este tipo de diseño porque su dibujo suele tener forma de V o similar, favoreciendo la evacuación de agua y nieve, ya que cuando la rueda está girando, lo primero que toca el firme es el vértice de la V o dibujo similar, pasando a continuación a lo largo de los surcos hasta los bordes de la banda evacuando a nuestro paso mientras optimiza la frenada proporcionando un mejor agarre.
Goodyear UltraGrip Performance
Se podría hablar también de los neumáticos simétricos, que son los que no tienen una colocación específica ofreciendo las mismas capacidades giren en la dirección que giren, pero son más propios de vehículos industriales, siendo incluso poco habituales.
Conviene, para asegurarse de que los neumáticos están en perfecto estado, hacer un control periódico de la profundidad del dibujo y la presión. Cuanta menos temperatura, mayor diferencia entre la presión que medimos y la real. Para compensar la posible diferencia, es aconsejable aumentar 0,2 bares la presión recomendada por el fabricante del vehículo. Sobre todo en invierno, pues el rendimiento en nieve o hielo se reduce significativamente si la profundidad del dibujo cae por debajo de los 4mm, desapareciendo toda capacidad invernal por debajo de los 2mm (el límite legal es de 1,6mm, así que puedes elegir entre gastarlas en seco o cambiarlas ya).
La presión se debe comprobar siempre con los neumáticos fríos, no habiendo rodado más de un par de kilómetros, y por supuesto no tener la tentación de reducirla para aumentar el agarre. Los neumáticos con baja presión no tienen ese mayor agarre que pensamos y son muy propensos al recalentamiento y las explosiones.
Dado su carácter estacional, es importante usarlas con conocimiento, saber cuándo corresponde quitarlas, y lo que es tan importante: almacenarlas como es debido para poder aprovecharlas el siguiente invierno, debiendo anotar la posición en que estaban montadas en el vehículo para mantenerlas en la misma posición la siguiente temporada, y por supuesto limpiar los neumáticos y mantenerlos en un lugar seco y ventilado, protegidos del sol.
En un ejercicio de sentido común, todos nos damos cuenta de que si el tiempo es especialmente malo, vale más posponer un viaje si es posible, que aventurarse, ya que el hecho de tener neumáticos específicos para la nieve no significa que haya necesidad expresa de probarlos en las peores condiciones, siendo en esos casos la compañía de la tracción integral si dispone de ella nuestro vehículo, la mejor aliada.
Muy posiblemente si el público en general conociera en profundidad las características de los neumáticos de invierno, serían “una moda” más generalizada. Si tienes la oportunidad, ponle a tu coche neumáticos de invierno ahora que llega el mal tiempo y verás como el año que viene repites.
Para muestra un botón. En los siguientes videos teneis a un BMW (tracción trasera) y a un Peugeot (tracción delantera) con neumáticos de invierno en la nieve. Mirad qué bien se mueven!