El sistema de dirección de nuestro vehículo es una de las partes más importantes de conocer, en la medida que de él dependerá, tanto nuestra seguridad como la de nuestros acompañantes. Y es necesario poder evaluar su funcionamiento para poder anticiparnos a sus posibles averías y evitar las consecuencias que pueden llevar aparejadas. Aquí damos algunas claves para comprender su funcionamiento y definimos cuáles son sus partes para que puedas evaluar cualquier tipo de fallo y si es necesario repararlo.
Tipos de sistema de dirección
En primer lugar, tenemos que decir que no hay un único sistema de dirección, sino que existen varios tipos que será necesario conocer para poder comprender un poco mejor cómo funciona nuestro vehículo y en qué podría fallar en nuestro caso en concreto, motivo por el que los definimos brevemente:
- Sistema de dirección de cremalleras, que dispone de un piñón que gira a izquierda o derecha sobre un riel sumergido en lubricante.
- Sistema de bolas recirculantes: es el más usado en autobuses y camiones, estando compuestos por esferas que facilitan el movimiento y un eje que desplaza los engranajes dentro de la caja con válvula.
- Sistema hidráulico: que destaca por contar con un tanque que almacena y distribuye un aceite que se mueve gracias a la acción de una bomba accionada por el cigüeñal de nuestro vehículo.
- Sistema electrohidráulico: es parecido al anterior, aunque la mencionada bomba es accionada por un motor eléctrico independiente que se utiliza para no restar potencia al del propio vehículo, tratándose por tanto, del sistema ideal para coches de baja potencia. Además, cabe destacar que en este tipo de sistemas se puede ajustar la dureza del volante de forma electrónica.
Partes del sistema de dirección
Independientemente de qué sistema de dirección tenga nuestro vehículo, todos ellos tienen una serie de partes comunes y algunas otras que son específicas de alguno de ellos en concreto, por lo que merece la pena que las identifiquemos:
- Volante y válvula rotativa: como es sabido, el volante es la parte del sistema de dirección que acciona el conductor de un vehículo, y que a su vez, hace girar la válvula rotativa para que imprima el movimiento de las manos de la persona que conduce, sobre el trazado de las ruedas delanteras del coche.
- Bomba: se trata de una pieza cuyo fin es hacer circular el lubricante por los distintos componentes del sistema de dirección, para mantenerlo engrasado y que funcione con fluidez, además por supuesto, de minimizar el desgaste y maximizar la vida útil de los distintos engranajes de los que consta el sistema de dirección.
- Depósito: es el lugar de almacenaje del lubricante que acabamos de mencionar y que se distribuye a lo largo del sistema de dirección, gracias a la bomba. En el caso de los sistemas de dirección hidráulica y electrohidráulica, hay un depósito adicional en el que se almacena el aceite que pasa a la caja y se encarga de hacer girar las ruedas hacia la izquierda o la derecha.
- Caja, bolas circulantes o cremallera: son los componentes que reciben el movimiento desde la barra y lo transmiten a las ruedas delanteras de nuestro vehículo, siendo la caja propia de los sistemas de dirección hidráulica y electrohidráulica y los otros dos componentes, los que llevan sus mismos nombres. Se trata, por tanto, de los componentes más importantes de los sistemas de dirección y sobre los que es conveniente prestar más atención.
- Barra de dirección/guardapolvo: no es más que la pieza que transmite el movimiento del volante a la caja, el sistema de bolas circulantes o la cremallera.
Biela y rótulas: son las terminales del sistema de dirección y, en este sentido, las que se encargan de transmitir el movimiento del mismo a las ruedas delanteras o, dicho de otro modo, transmitir el trazado que el conductor pueda imprimir al volante sobre la dirección del vehículo.