Las regulaciones de emisiones marcaron en su momento el lanzamiento al mercado de muchos modelos incluido el Toyota Corolla Compressor del que hoy os vamos a hablar.
La verdad es que era un modelo que encajaba bien en la marca porque sucedía al Toyota Corolla T-Sport pero contaba con alguna mejora que relanzaba el pináculo de la gama Corolla allá por el 2006 -dependiendo del mercado, el modelo llegó en Noviembre de 2005-.
Era un modelo complejo de justificar y es que a pesar de su elevado equipamiento de serie, su precio algo superior a los 33.500 euros lo alejaban de modelos de la talla del SEAT León 1.8 20 VT CUPRA R de 225 CV que era 7000 euros más económico, del Golf GTI FSI de 200 CV que era 6000 euros más económico o del Renault Megane 2.0 T RS que era 5.000 euros más barato. El que quizá estaba a la altura del modelo nipón -en materia económica-, era el Alfa Romeo 147 GTA que aún así era algo más de 1.000 euros más barato.
Desarrollado por Toyota Motorsport GmbH, el Toyota Corolla TTE Compressor era una de las versiones más deportivas de la marca y en función de la homologación anticontaminación que adoptaba, podía ofrecer 218 CV o 225 CV por poco más de 33.500 euros.
Las unidades del Toyota Corolla Compressor más recomendables eran las que daban 225 CV a 8.000 rpm así como 230 Nm de par máximo a 3.600 rpm. Las versiones que cumplían con la normativa Euro 4 estaban un poco más capadas y es que daban 218 CV a 8.200 rpm y 215 Nm de par a 4.000 rpm.
Las regulaciones de emisiones cada vez más estrictas marcaron el final del camino para la producción del rápido Corolla T Sport de Toyota, pero su reputación de vehículo deportivo se mantenía viva gracias a la introducción de un Corolla más rápido, más potente, con mejor dinámica y presencia.
El Toyota Corolla Compressor utilizaba el mismo motor VVTL-i de cuatro cilindros y 1794 cc que el Toyota Corolla T Sport, pero con un interesante añadido, un compresor diseñado para aumentar la potencia hasta los 225 CV.
Estas medidas ayudaban a reducir en un segundo y medio el tiempo de aceleración del o a 100 km/h que se podía cubrir en 6.9 segundos.
Gracias al par extra a velocidades más bajas del motor -un máximo de 215 Nm a 4000 rpm-, el Toyota Corolla Compressor ofrecía un rendimiento extremadamente flexible y unas recuperaciones interesantes, aunque estaba lejos de sus rivales y por supuesto era más caro.
Para hacer frente al aumento de potencia, el Toyota Corolla Compressor estaba equipado con una suspensión deportiva que rebajaba la altura del modelo en 15 mm y muelles mejorados para un rendimiento mejorado. El modelo mejoraba su estética gracias a un kit aerodinámico específico y llantas de aleación de 17 pulgadas con neumáticos 215/45. Para rematar al modelo, Toyota equipaba un sistema de escape deportivo con tubos de escape dobles que dotaban al modelo de un sonido inconfundible. En el apartado dinámico también cabe mencionar la presencia de las barras de torretas delantera y trasera.
Tal y como te he comentado, el Toyota Corolla Compressor equipaba un motor 1.8 VVTL-i al que se le había incorporado un compresor volumétrico. Este cambio hacía que el motor del modelo en cuestión no se pareciese a un motor atmosférico convencional y es que además de tener un régimen de uso muy amplio, este margen de uso estaba lleno de fuerza desde muy bajas vueltas.
Tanto las mejoras en la mecánica como las mejoras en el tren de rodaje ofrecían un Toyota Corolla con un carácter deportivo más marcado pero tampoco era radical siendo sus suspensiones bastante cómodas y su dirección más dura pero no más deportiva o directa.
El Toyota Corolla Compressor contaba con control de estabilidad y control de tracción de serie, siendo este último el único que podía desconectarse.
En el interior el modelo contaba con un nuevo volante forrado en piel, un nuevo pomo de la palanca de cambios, un nuevo freno de mano y pedales metálicos.
Los asientos eran más deportivos que las versiones convencionales diésel o gasolina pero eran los mismos que los montados en el acabado T-Sport. El pináculo de la gama contaba con un equipamiento muy elevado con elementos como el navegador con pantalla táctil, el climatizador o los retrovisores eléctricos calefactados.
A día de hoy podemos hacernos con esta pequeña y fiable bestia nipona en el mercado de segunda mano por precios que van de los 9.000 a los 13.000 euros, aunque su exclusividad y su edad hacen que cueste encontrar modelos inmaculados por los que merezca pagar esas cifras.
Fuente | Toyota