Seguro que nos es la primera vez que me has escuchado o mejor dicho, leído decir algo así como que «Toyota antes molaba«. Pues bien, esto es tan real como la vida misma.
Ha habido épocas en las que Toyota ha molado y mucho. Hoy os voy a hablar de cómo el 9 de Enero de 1996, Toyota lanzó en el mercado nipón un modelo del que estoy prácticamente seguro que no has oído hablar.
Tal y como os he comentado, hace poco más de 24 años, Toyota Motor Corporation anunció la llegada del Toyota Mega Cruiser, un vehículo de tracción a las cuatro ruedas (4WD) con capacidades sobresalientes para trabajar en condiciones difíciles y salido de la planta de GIFU Auto Body Industry Co.Ltd.
Enfocado y pensado en equipos de rescates y desastres naturales, el modelo salió a la venta el mismo día que se anunció y ojo, porque era un modelo de la gama y podías adquirirlo incluso siendo civil -había versiones diseñadas para los cuerpos de rescate, los cuerpos policiales y el ejército-.
El Mega Cruiser, contaba con tecnologías avanzadas y muy variadas. Para empezar, el modelo ofrecía un avanzado sistema de dirección a las cuatro ruedas (4WS) que permitía que el Mega Cruiser contase con un pequeño radio de giro de 5.6 metros y un rendimiento sobresaliente para rodar por terrenos difíciles y pendientes pronunciadas.
Además del sistema de dirección a las cuatro ruedas (4WS) el modelo contaba con tracción permanente a las cuatro ruedas 4WD, una caja transfer de dos velocidades con bloqueo de diferencial central, una altura libre al suelo de 420 mm y unos ángulos de ataque ventral y de salida, brutales.
El modelo ofrecía un espacio inmenso en un habitáculo que tenía capacidad para seis personas. Además, el Mega Cruiser contaba con un área de almacenamiento trasero con 2.050 mm de ancho y una capacidad de carga de 600 kg.
La caja de transferencia de dos velocidades hacía que el vehículo fuese adecuado tanto para los recorridos normales (alta velocidad) como para la baja velocidad durante la conducción con obstáculos, sembrados o terreno irregular. La caja está equipada con un bloqueo del diferencial central. Los diferenciales delanteros y traseros tienen un diferencial de deslizamiento limitado (LSD) «Torsen» (detección de par) y bloqueo de diferencial de serie, lo que permite que el vehículo salga de las peores situaciones.
Tal y como os he comentado, el Toyota Mega Cruiser cuntaba con un radio de giro de solo 5.6 m, una cifra impresionante a pesar de las dimensiones de este mastodonte y ojo porque hablamos de una batalla de 3.395 mm, 5.090 mm de largo, 2.170 mm de ancho y una altura de 2.075 mm.
La dirección a las cuatro ruedas permitía que el modelo girara las ruedas del eje trasero 12 grados.
Los neumáticos todoterreno de gran diámetro (37 pulgadas), ayudaba a lograr una distancia al suelo de 420 mm y permitían que el modelo tuviese el agarre y la tracción necesarias en las superficies más difíciles. La gran distancia al suelo y el gran ángulo de aproximación y salida producen un rendimiento de conducción en terrenos irregulares sin igual.
El motor turbo diésel de inyección directa 15B-FT de 4.1 litros con intercooler producía una potencia 155 CV a 3200 rpm y un generoso par de 382 Nm de par disponibles desde las 1800 Rpm. La verdad es que podían parecer cifras escasas por el elevado peso en vacío de 2850 kg pero el modelo se movía con relativa soltura.
A una velocidad constante de 60 km/h Toyota anunciaba un consumo de 9.3 litros a los 100 km/h así que imagínate lo que podía llegar a tragar el Toyota Mega Cruiser…
Para que la bestia se amoldara a toda calase de terrenos, Toyota optó por una suspensión independiente doble en las cuatro ruedas, algo que proporcionaba la máxima capacidad y un confort relativo.
El sistema de frenado consiste en discos ventilados ubicados cerca de los diferenciales y en las cuatro ruedas para reducir el peso no suspendido.
Un control de presión de los neumáticos que reduce la presión de los neumáticos traseros durante la conducción estaba disponible como opción. Este sistema era ideal para los que buscaban conducir por barro, arena y nieve.
Curiosamente, el asiento trasero central se podía abatir o plegar hacia adelante para permitir el acceso al espacio para el equipaje. También se proporcionaban unos escalones plegables para acceder al área de carga desde el exterior.
Un techo solar inclinable desmontable estaba disponible como opción para dar otro acceso al vehículo.