Se dice que el último automóvil será un automóvil deportivo. Quizás incluso es «último automóvil» podría ser un roadster, como la tercera y provisionalmente última generación del Toyota MR2. Aunque Toyota no tiene planes para un futuro MR2, parece que en algunos mercados, Toyota ha lanzado lo de «provisionalmente» por lo que nos podríamos empezar a ilusionar en que un futuro todavía lejano, volvamos a ver al pequeño y ligero roadster biplaza.
El ligero MR2 de motor central era conocido por sus características sorprendentes y únicas desde que salió al mercado en 1984 aunque lo que hoy nos ocupa es el MR2 roadster que Toyota presentó y lanzó al mercado en 1999.
El equipo de desarrollo de Toyota, encabezado por el ingeniero jefe Tadashi Nakagawa, había desarrollado el MR2 como un atleta económico de alto rendimiento, ligero, de 975 kilogramos, con un motor de 1.8 litros fácil de reparar, fácil de mantener y muy fiable. En el entorno competitivo entonces densamente ocupado por biplazas a cielo abierto, el modelo de Toyota era intransigentemente espartano y estaba diseñado para ofrecer el máximo dinamismo.
En su primer comunicado de prensa del modelo, Toyota explicó el audaz concepto del atleta minimalista de motor central. Omitir lo superfluo, pero perfeccionar lo indispensable era el lema. El resultado era curioso, el W30 también podría usarse para el día a día y, como casi todos los modelos de Toyota por aquel entonces, estaba en la primera posición en el ranking de fiabilidad.
Aunque el roadster de 3.89 metros de largo no tenía un maletero como tal, detrás de los dos asientos se escondía un compartimiento de almacenamiento de 90 litros para el equipaje de los viajes de fin de semana que se completaba con un espacio de 25 litros ubicado en la parte delantera y que podía dar cabida a los artículos y objetos más pequeños.
Detrás del volante del biplaza, las personas altas también tenían una buena posición para sentarse, como lo señalaron las pruebas de la prensa especializada y hemos podido constatar nosotros en persona. Además, el ligero techo de plástico se podía abrir directamente desde el asiento del conductor y, literalmente, convertía al W30 en un roadster simplemente perfecto.
Sin embargo, los talentos de conducción del último miembro provisional de la familia MR2, que los fans de la marca apodaron con el cariñoso nombre de «Mister Two«, fueron mucho más importantes.
En los apartados de motor, rendimiento y placer de conducción, la tercera generación del clásico modelo de motor central también podía hacer daño a sus rivales, que ponía contra las cuerdas por poderosos que resultaran.
Un pequeño y fiable motor de cuatro cilindros y 1.8 litros VVT-i (Variable Valve Timing-intelligent) capaz de desarrollar 103 kW / 140 CV a 6,400 rpm fue suficiente para que el pequeñajo y ligero modelo biplaza esprintase de 0 a 100 km/h n sólo 7.9 segundos con el techo rígido opcional para situaciones invernales.
La mecánica estaba asociada a una transmisión deportiva de 6 velocidades con un buen tacto y recorridos cortos. En el Toyota MR2 SMT, este cambio se reemplazó por un cambio secuencial con botones de cambio integrados en el volante.
Aunque el modelo debutó con muchas tecnologías de última generación, el pequeño roadster de 1999, destacaba por la seguridad y es que de serie contaba con sistemas como el control de tracción y el control de estabilidad y ojo, porque también disponía de un asistente electrónico de freno de emergencia que aumentaba la presión del freno en caso de frenada de emergencia.
El MR2 también se beneficiaba de una suspensión deportiva y neumáticos grandes para un mayor agarre. Las llantas de aleación eran de 16 pulgadas en la parte trasera, calzadas con neumáticos 215/45 y de 15 pulgadas en la parte delantera, con gomas en dimensiones 185/55.
El MR2 se convirtió en un automóvil deportivo extremo cuando en Toyota Motorsport GmbH (TMG) con sede en Colonia empezó a experimentar sobre el modelo. Entre estos «experimentos» nos encontramos con el radical concept car MR2 desarrollado por TMG con tecnología derivada de la Fórmula 1. Este concept car se convirtió en la superestrella del Essen Motor Show de 2001. Bajo el nombre de «Toyota MR2 Street Affair«, el MR2, reforzó sus prestaciones hasta los 190 kW / 258 CV y lucía una combinación de colores rojo y blanco derivada del monoplaza que por aquel entonces tenía Toyota en el Campeonato Mundial de Fórmula 1 acompañado de un montón de tecnología derivada del monoplaza como la carrocería de fibra de vidrio con toques de fibra de carbono o la ausencia de puertas, que habían sido reemplazadas por unas cubiertas superiores para facilitar el acceso al habitáculo.
En la primavera de 2002, el MR2 Competition inspirado en el exitoso roadster conceptual debutó con una pintura blanca y adhesivos laterales «Toyota Motorsport». El modelo causó una sensación aún mayor. Parte de la entrega a los primeros compradores constó de un recorrido por la fábrica de de Fórmula 1 de Toyota Motorsport.
En 2003 el modelo recibió un importante restyling que entre otras cosas añadió el diferencial Torsen de deslizamiento limitado (LSD) como parte de la dotación de serie en todas las versiones. Aunque a menudo pasaba desapercibido, el LSD era y es una valiosa ayuda para extraer todo el rendimiento del motor VVT-i de 1.8 litros, ya que proporciona una tracción adicional al transferir continuamente el par a la rueda que más agarre tiene, sin perder la velocidad del motor.
En ese mismo restyling, las cajas de cambios manuales y de transmisión manual secuencial (SMT) ya eran ambas de seis velocidades, mejorando drásticamente la conducción del modelo y reduciendo ligeramente el consumo.
En el Campeonato japonés Grand Touring (más tarde Super GT), el MR2 demostró sus cualidades dinámicas en comparación con los superdeportivos europeos.
Para la temporada final de 2008 en el Super GT, que ya fue un año después del final de la producción en serie del MR2, el MR2-S apareció como una llamativa decoración «Rayo McQueen «, patrocinada por Disney Japón y Toyota.
El MR2 ya se había despedido de los pilotos deportivos alemanes en febrero de 2005 con el MR2 Edición Especial S, limitado a 100 unidades. En el resto de mercados no se apreciaron ediciones especiales finales o conmemorativas, más allá de los paquetes de estilo y el catálogo de accesorios.
A pesar de haberse despedido, desde algunas «sucursales» de Toyota insisten en que las despedidas no se hacen para siempre.
Aunque la era de los pequeños automóviles deportivos japoneses de motor central terminó en 2007, el testigo se pasó a un segmento superior, a modelos como el GT86 o el Supra que si me permitís, a pesar de que son muy buenos, no cuentan con la esencia con la que contaba el pequeño y ligero Toyota MR2.
el coche tuvo autoblocante torsen desde el principio no se incluyo con el restyling…