Tras a ver retocado el modelo en un par de ocasiones y con la más que reciente incorporación del diminuto Aygo al catálogo de la marca nipona, Toyota ha decidido darle un nuevo aire al Yaris.
Con casi todos los cambios centrados en la apariencia exterior del modelo y tomando el nuevo ADN de la marca, presentado por en el Aygo, el Yaris se presenta como una alternativa más fresca y exitosa.
La parte delantera del coche cuenta con el curioso diseño en forma de “X” con el que la marca nos sorprendió en el Aygo. Los faros delanteros incorporan Luz diurna LED así como proyectores halógenos para la iluminación principal.
Visto de perfil, el modelo no presenta novedades más allá de los nuevos juegos de llantas de aleación y embellecedores. La parte trasera también incorpora un rediseñado paragolpes, un nuevo difusor y unos nuevos pilotos con tecnología LED parcial.
En el interior, la marca japonesa se ha centrado en la calidad – mejora en el tacto y la apariencia de determinados acabados y tapicerías– y en la ergonomía – el revestimiento del túnel central ha crecido 23 mm – y ahora el conductor tendrá más a mano la palanca de cambios.
Si de algo nos quejábamos en esta generación es que el modelo había perdido la mayoría de sus huecos portaobjetos y por eso, aprovechando el profundo lavado de cara, la marca nipona incorpora un nuevo hueco para el almacenamiento.
En la consola central aparece un nuevo sistema multimedia Toyota Touch 2 que aumenta la pantalla, que ahora es de 7”.
El sistema de suspensión ha sido retocado y el aislamiento acústico mejorado con el fin de ofrecer un mayor confort.
El Yaris seguirá estando disponible con dos motores de gasolina (1,0 litros y 1,33 litros [Ver prueba]), un motor diésel (1.4 litros D- 4D) y una versión híbrida HSD.
Que pasote!