No cabe lugar a dudas, si tenemos que elegir una cuna del automovilismo debemos de elegir la obra de Otto Creutz y si no conoces a este señor, lo mejor es que sigas leyendo porque igual estamos hablamos de uno de tus ídolos y todavía no lo conoces.
El señor Otto Creutz fue el encargado del diseño de Nürburgring, un circuito cuya construcción se inició en septiembre de 1925 y cuya construcción terminó dos años más tarde. Aunque en la actualidad el trazado cuenta con 20.8 km de longitud total, 300 metros de cambio de altitud, 73 curvas (33 a la izquierda y 40 a la derecha), y un pico de altura de 617 metros de altura sobre el nivel del mar, este trazado es un auténtico centro de pruebas que ha ido evolucionado a lo largo de sus 92 años de vida abierto al público.
Ahora, debido a las restricciones y a lo complicado que le resulta a las marcas experimentar en el mítico Infierno Verde, Toyota ha decidido construir su propio circuito inspirado en Nürburgring.
El Toyota Technical Center Shimoyama incluye una pista de prueba de 5.3 km muy serpenteante inspirada en Nurburgring Nordschleife. Debido a que la mítica pista de pruebas a las marcas asiáticas les queda bastante lejos, Toyota ha decidido construir su propia Nordschleife en una ubicación más conveniente.
La marca ha anunciado que la «sección central» del Centro Técnico de Toyota Shimoyama ya se ha terminado, y una gran parte de esta nueva instalación de I + D es una pista de pruebas de 5.3 km.
Construida en una región montañosa a unos 30 minutos en coche de su sede de Toyota City, esta nueva pista de pruebas tiene un cambio de elevación de 75 metros y una amplia variedad de curvas, rectas y trazados.
Actualmente hay 50 personas empleadas es esta localización y casi todas son controladores de prueba, sin embargo, de forma eventual la instalación está preparada para acoger hasta 3300 personas.
Con unas superficie de casi 13 kilómetros cuadrados, la conservación del medio ambiente del sitio era una prioridad y por eso Toyota ha decidido mantener el 70% de vegetación existente y ha creado nuevos espacios verdes para contrarrestar los efectos del circuito.
La base de investigación y desarrollo se abrirá en 2023 y ha tenido un costes de 39.7 millones de euros.
Además del trazado inspirado en el Infierno Verde, el centro de pruebas contará con un anillo de alta velocidad así como de una serie de pistas de prueba diseñadas para replicar las condiciones de las carreteras de todo el mundo.