De vez en cuando nos encontramos con demandas curiosas en el mundo del automóvil. En este caso, los clientes de Porsche al otro lado del Charco se han unido para llevar a cabo una feroz batalla legal contra el fabricante alemán, y el motivo es peculiar cuanto menos. ¿Problemas de airbags? ¿Escándalos de emisiones? ¿Menos potencia de la declarada?
Olvídate de todo eso, hoy hablamos de un grupo de propietarios descontentos porque se han visto obligados a usar gafas de sol polarizadas para conducir sus coches, concretamente modelos entre 2007 y 2016 con el salpicadero en acabado Cognac, Luxor Beige, Natural Brown, Platinum Gray o Sand Beige. Al parecer, dichas terminaciones reflejan excesivamente el sol en el parabrisas, produciendo con ello deslumbramientos al conductor.
La demanda se presentó a finales del pasado año, pero la resolución de la misma no ha tenido lugar hasta ahora y, por suerte, ha finalizado con un acuerdo amistoso entre las partes. En principio, Porsche alegó que no había tenido lugar ningún accidente ni lesión por esta causa, sin embargo, para evitar una larga y costosa batalla legal contra sus clientes, la firma germana ha acordado con ellos el reembolso de las gafas de sol. Al fin y al cabo dicha compensación varía entre los 50 y los 175 dólares, una cuantía muy inferior al coste de los tribunales.
Junto al reembolso de las gafas de sol o de las modificaciones, Porsche ha tenido que desembolsar nada menos que 790.000 dólares de gastos judiciales a los demandantes -674.517 euros al cambio-, y todo ello sin contar con los gastos especiales.
Lo cierto es que nunca pensé que alguien que se puede permitir un Porsche llegaría a tomarse tantas molestias por ahorrarse unas gafas de sol, pero la historia es totalmente real y el período de reclamaciones está abierto hasta el 21 de septiembre de este año. En el resto de casos, es decir, aquellos que hayan tenido que hacer alguna modificación en el vehículo para evitar el deslumbramiento, el plazo se amplía hasta el 25 de junio de 2018.