Los efectos especiales se han convertido en el pan de cada día en la gran pantalla. Después de ver lo más reciente de Fast & Furious, ya pocas cosas pueden sorprendernos. Sin embargo, todavía hay algunas películas clásicas que tratan de mantener ese toque de realidad tan inesperado, y Sin tiempo para morir es un claro ejemplo de ello.
Teniendo en cuenta que los productores de la última entrega de la saga Bond contaban con un presupuesto de 250 a 300 millones de dólares, parece lógico pensar que la mayoría de las escenas se rodaron con un fondo verde. En algunas escenas probablemente no vayas desencaminado, pero curiosamente la persecución en las calles de Matera fue prácticamente real.
95% de realidad, 5% de efectos especiales
Tanto si has visto el tráiler como la película, te sonará esta escena, ya que hemos hablado mucho de ella. En ella, la antigua ciudad italiana de Matera sirve como escenario de una persecución plagada de derrapes y acción con el Aston Martin DB5 como protagonista. Desde Insider nos descubren hoy algunos de los secretos detrás de esa persecución.
Uno de los aspectos más curiosos del vídeo es que se emplearon casi 31.800 litros de refresco para rodarla. Los coordinadores de acrobacias se dieron cuenta de que los adoquines de las antiguas calles de Matera eran demasiado resbaladizos para las secuencias a alta velocidad con motos y coches, así que, ¿qué mejor manera existe de hacer el suelo más adherente?
Sí, es la misma sensación que habrás tenido alguna noche en la tarima de una discoteca. Bastó con verter grandes cantidades de refresco en las calles y dejar que el clima del sur de Italia hiciera su magia. Cuando los refrescos se secaron al sol, dejaron la superficie de la carretera pegajosa y mucho más adherente para poder rodar en ellas. Chris Corbould, especialista de efectos especiales, reconoce que el 95% de la secuencia fue real y solo un 5% fueron efectos especiales.
Otro detalle curioso es que los productores construyeron muros de la ciudad falsos frente a los reales para asegurarse de que la ciudad no sufriera daños durante el rodaje. Eso sí, fueron necesarios algunos cálculos precisos para cuadrar los impactos con la rotación del DB5. Y ojo, porque se usaron nada menos que ejemplares del Aston Martin para la secuencia.