Seguramente alguna vez ibas circulando por una calle de una gran ciudad y de repente te has topado con unos cables que atraviesan la calzada. «Uy, si esto no estaba aquí ayer» es lo primero que te vendrá a la cabeza, seguido de un «¿Y esto pa’ que vale?«. Tranquilo, yo también pequé de inocente la primera vez que me topé con ellos, y te aseguro que no serás el primero que lo busque en Google.
Estos cables negros son relativamente finos y atraviesan perpendicularmente la calzada. Si te fijas en sus extremos, rápidamente descubrirás que no se trata de un radar ni de un cable al uso, pues no están conectados a maquinaria industrial, sino simplemente a postes, señales o farolas para que queden fijos. Su función es muy distinta a la de multarte y tranquilo, hoy trataré de sacarte de dudas en relación a este misterio.
La razón de ser de estos particulares cables no es otra que la de mantener en buen estado la red viaria, y apenas pasarán unos días o incluso horas en el punto donde te los encontraste, todo depende de las necesidades de medición. Es más, su instalación es muy sencilla, basta con encontrar una carretera recta (para evitar accidentes), tensarlos, anclarlos de manera eficaz y conectar una caja de medición a uno de sus extremos – normalmente de pequeño tamaño y ocultas a la vista de los conductores.
Los cables cuentan tanto el número de vehículos que pasan por encima de ellos como el intervalo temporal en el que lo hacen. No sólo se emplean en España, sino alrededor de todo el Globo.
Curiosamente, por su interior lo único que circula es aire, de ahí procede precisamente su denominación de ‘tubos neumáticos‘. Cuando un vehículo pasa por encima de estos cables -normalmente se ponen dos tubos en paralelo-, el aire de su interior se comprime y se extiende hacia los extremos del tubo. La caja de medición de uno de los extremos contiene un sensor, el cuál envía una señal eléctrica a un sencillo software de conteo.
Pero ojo, porque estos tubos neumáticos son capaces de determinar también la velocidad a la que pasamos, la dirección en la que vamos e incluso el número de ejes de nuestro vehículo cuando se instalan de dos en dos, aunque su función no sea sancionadora (ya que requerirían de una cámara y un sistema metrológico). Dicha información sólo es utilizada para que el titular de la carretera conozca diversos parámetros de la vía y actúe en consecuencia.
Por ejemplo, con estos tubos se pueden ajustar los límites de velocidad de la vía, saber si se cumplen los límites existentes, conocer la necesidad de instalar un radar, un resalto o modificar la señalización; conocer la frecuencia de mantenimiento del asfalto o establecer la sincronización más adecuada de los semáforos. Tal es su importancia que incluso influyen en las partidas presupuestarias para el mantenimiento de las carreteras.
En el siguiente vídeo puedes ver una explicación con todo lujo de detalles (en inglés, eso sí).