El 2015 nos deja un nuevo mínimo en el número de accidentes de tráfico en nuestras carreteras. Con estas cifras, España presenta una tasa de siniestralidad muy por debajo de la media de la UE pero aun así resulta preocupante, porque el verdadero objetivo es lograr las cero víctimas.
En una primera lectura, las cifras pueden parecer buenas pero es ahora cuando las autoridades y nosotros mismo debemos unir fuerzas para evitar los accidentes de tráfico. Aunque, ¿cuál es la vía adecuada?
Obviamente tiene que aplicarse una política sancionadora —desde lo administrativo hasta lo penal— acompañada de una campaña divulgativa y una mayor presencia de controles tanto de bebidas alcohólicas como de estupefacientes.
En 2015 empezaron a realizarse de forma masiva los controles de drogas. En total fueron 68.959 controles efectuados, de los que 22.451 (el 33%) dieron positivo. Esta campaña arroja datos alarmantes como que el 21% de los conductores implicados en un accidente de tráfico dieron positivo en los test anti-drogas y el 59% de los personas paradas en controles de forma aleatoria también mostraron efectos de las drogas en su organismo.
Entre las drogas más consumidas se encuentran el cannabis, la cocaína, las anfetaminas, los opioides y la metanfetamina. Se han detectado también casos de conductores que dieron positivo a varias de estas sustancias al mismo tiempo.
¿Más multas y más controles acabarán con el problema? Lo cierto es que todo apunta a que puede ser uno de los factores que ayude a suprimir este grave problema para la sociedad actual. Sin embargo, la concienciación mediante el estudio de la situación y el cambio de la percepción que realmente tenemos sobre la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas abre un nuevo camino.
Fundación MAPFRE ha realizado un estudio junto a la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción) que analiza los factores subyacentes a los comportamientos de riesgo centrándose en aquellos asociados a la conducción. En su búsqueda del “Objetivo Cero”, Fundación MAPFRE nos muestra su programa de sensibilización.
Para el estudio se han analizado los hábitos, percepciones y usos de jóvenes conductores. Los resultados son alarmantes: en general nos creemos que “controlamos” más de lo que lo hacemos realmente y, lo peor de todo, pensamos que conducimos con “más cuidado” habiendo consumido alcohol o drogas. Con una percepción tan errónea de la sociedad, asusta bastante ponerse al volante de un coche.
El uso del coche en los tiempos que corren es una necesidad. Los medios de automoción nos dan libertad en nuestro día a día. El estudio revela que nos gusta conducir y que como norma general creemos que somos buenos al volante así como respetuosos. Sin embargo, ¿dónde radica realmente el problema? Si piensas que en el alcohol o en las drogas, has dado en el clavo.
Sabemos que la carretera está llena de riesgos y estamos dispuestos a asumirlos. Pero, ¿queremos multiplicar estos riesgos? Quizá muchos de vosotros no, pero el estudio revela que realmente no vemos tan peligroso el hecho de consumir drogas o alcohol cuando nos ponemos al volante o al menos algunas de las drogas que más se consumen y que mayor tasa de detección tienen en los controles de carretera.
Sabemos lo que hay que hacer, entonces ¿qué nos impide llevarlo a cabo? ¿Cuál crees que será la solución al problema de consumo de drogas y su efecto en la carretera? Te recomiendo que leas el estudio de Fundación MAPFRE enmarcado en su campaña Objetivo Cero Drogas y Alcohol en la carretera porque da luz a un problema que nos afecta a todos.
Acompañando al estudio y enmarcado en el objetivo de conseguir cero víctimas en accidentes de tráfico, Fundación MAPFRE también ha publicado un vídeo que nos muestra las irresponsabilidades que muchos repiten día tras día. Lo que en realidad vemos es que muchos juegan con su vida a diario. Y lo que se pretende transmitir es que la asunción de estos riesgos, ya sea por descuido o desconocimiento, matan.
Desde Autonocion.com compartimos la idea de Fundación MAPFRE. No podemos aceptar que haya más víctimas.
Fuente | Fundación MAPFRE