Si anteriormente os hablamos del SKYACTIV-X como el primer motor comercial de gasolina del mundo que utiliza encendido por compresión ahora Mazda nos desvela algunas características del Skyactiv-3, un nueva generación de motores que promete ser tan limpia o más como un coche eléctrico.
Anteriormente el fabricante de automóviles japonés ya se desvinculó de la electrificación apostando por motores más limpios y eficientes, el año que viene llegará el nuevo motor SKYACTIV-X que presume de poder combinar las ventajas de la gasolina y los motores diésel para lograr una eficiencia sobresaliente, una potencia máxima interesante y una aceleración con mucho brío. Después llegaría la tercera generación de los SKYACTIV y tras ello el fabricante priorizará especialmente aumentar la eficiencia térmica de sus motores.
Mitsuo Hitomi, el CEO de la marca, ha destacado sobre todo que esta nueva generación de motores Skyactiv-3 tendrá como base la eficiencia térmica. De esta forma se reducirá la cantidad de energía de combustión perdida por el calor y se puede aprovechar más la energía que encargada de impulsar el vehículo por medio de las ruedas. Si lo comparamos con el nuevo motor Skyactiv-X, Mazda pretende aumentar la eficiencia térmica de un 27% hasta un 56% gracias a esta nueva tecnología de motores. Y según Hitomi, gracias a este salto de eficiencia podría equiparse a un vehículo eléctrico. Para entender mejor el cálculo que hace el fabricante debemos entender que las mediciones del fabricante incluyen el dióxido de carbono emitido frente a la producción de la electricidad que impulsa el EV.
Según Mazda, una vez que tenemos en cuenta todo el proceso, algunos vehículos eléctricos son más contaminantes que otros que funcionan con gasolina y que consumen menos combustible. Algo que ya os contamos hace algunos meses, y es que según el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) un eléctrico puede llegar a emitir más dióxido de carbono (CO2) a lo largo de toda su vida que un vehículo de gasolina pequeño. Todo esto teniendo en cuenta una serie de factores como la energía consumida, el CO2 emitido durante la producción de los automóviles, el reciclaje al final de la vida útil así como el tamaño de los vehículos eléctricos junto con el de sus paquetes de baterías.