En la planta de Nissan de Yokohama, sólo cuatro takumi (maestro artesano) están autorizados para poner su nombre en el vehículo emblemático de la compañía, el GT-R.
Izumi Shioya, Nobumitsu Gozu, Tsunemi Oyama y el líder Takumi Kurosawa. Juntos suman más de 100 años de experiencia y por eso, son ellos los cuatro artesanos que montan manualmente los motores VR38 de doble turbo. [Ver novedades GT-R 2014]
La planta de Yokohama ha fabricado más de 35 millones de motores en los casi 80 años de historia de Nissan y este pequeño grupo es el ejemplo del papel histórico que representan y de la responsabilidad que ello supone.
La automatización se ha convertido en uno de los estándares de la construcción de automóviles en el Siglo XXI pero la sala «limpia» de Yokohama monta apenas 374 motores y sigue utilizando técnicas de montaje manuales.
Takumi Kurosawa, cuyo nombre de pila equivale al de maestro artesano, monta tanto los motores de los GT-R de serie como los de los Super GT300 de competición. [Ver detalles GT-R SpecV]
El propulsor de 3,8 litros genera 545 CV y se prueba a fondo en la planta antes de recibir la aprobación final de su constructor y poder ser entregado al cliente.
Después de un montaje de 6 horas, el takumi estampa su firma en el bloque que acaba de montar, lo que garantiza un nivel de calidad como la del kansei para su uso futuro.
Las tarjetas de visita de los takumi no mencionan su estatus entre los mejores constructores de motores del mundo pero todos ellos destacan el honor que supone que cuando un coche deja la línea de montaje exhiba su nombre en una placa. Con ello se forja una leyenda de artesanía de altísima calidad.
Cómo lo flipan.
El mejor deportivo que existe