Las cosas se están poniendo realmente serias para los vehículos diésel más antiguos en algunos países europeos, especialmente en Alemania, donde el Tribunal Administrativo Federal, con sede en Leipzig, dictaminó el pasado 1 de mayo de 2018 que los ayuntamientos del país tienen derecho a prohibir libremente y sin períodos de gracia la circulación de este tipo de vehículos para cooperar con el objetivo de emisiones fijado por la legislación.
Después de que Bruselas haya llevado a Alemania ante la corte de justicia europea por incumplir los límites de contaminación, esta medida se anunciaba el viernes de la semana pasada en un comunicado de 30 páginas, en el cual el Tribunal señala que las restricciones podrán afectar a todos los modelos diésel salvo aquellos que cumplan con la actual normativa Euro 6. A día de hoy, en Alemania hay aproximadamente 15 millones de vehículos diésel, de los cuales solo 2,7 millones pertenecen a la última y más estricta norma Euro 6.
Se espera que la prohibición comience en las ciudades más grandes del país, como Hamburgo, la cual ha querido ser la primera ciudad germana en aplicarla. Fue el pasado miércoles cuando la ciudad colocó las primeras señales de tráfico de prohibición en los dos primeros tramos en los que se aplicará la medida, más concretamente en 580 metros de la calle Max-Brauer-Allee y un tramo de 1,7 kilómetros de la Stresemannstraße, aunque no ha sido hasta hoy, lunes 21 de mayo de 2018, cuando ha entrado en vigor la restricción.
A estas prohibiciones les seguirán otras en Düsseldorf y Stuttgart, comenzando a regir un sistema de placas de color rojo, amarillo o verde muy similar al de nuestras pegatinas. Cada color corresponde a un tipo de vehículo por su nivel de contaminación y esto determina quién puede acceder o no al centro de las ciudades.
Este movimiento, según los especialistas, ejercerá una gran presión sobre los fabricantes de automóviles, quienes deberán acelerar el proceso de actualización del software de control del motor de los vehículos diésel antiguos y mejorar sus sistemas de limpieza de los gases de escape. El fallo también representa un gran problema para el gobierno de la canciller Angela Merkel, que enfrenta críticas por sus estrechas relaciones con la industria. De momento, todo apunta a que los vehículos diésel más antiguos serán prohibidos primero, seguidos por los diésel Euro 5.
In Hamburg, Germany, signs have been mounted that ban #Diesel or #Dieselgate cars! pic.twitter.com/WcwLVXwuEt
— Cristian Miuta 🔋 (@cristian_miuta) 19 de mayo de 2018
Según la compañía de investigación Evercore ISI, la decisión del Tribunal podría costar a la industria automotriz hasta 17 mil millones de dólares en caso de optar por proporcionar soluciones de hardware y software para los motores diésel contaminantes. Al mismo tiempo, las primeras consecuencias económicas se apreciaron inmediatamente en la Bolsa, con la caída en la cotización de fabricantes como Volkswagen (1,8%) o BMW (1,4%). Esto tampoco nos pilla por sorpresa, pues recordemos que, según un informe de la consultora JATO Dynamics, la caída en las ventas de diésel fue del 43,8% en 2017, en tanto que las ventas de los gasolina crecieron un 10,9%.
Por otra parte, cada vez más marcas se están sumando a la moda de dejar de ofrecer mecánicas diésel en sus modelos, siendo Nissan la última en subirse al carro. Además, la nueva prohibición está generando una problemática en los países del Este (Rumania, Checoslovaquia, Bulgaria o República Checa), donde está naciendo todo un mercado de segunda mano con vehículos procedentes de ciudades europeas que lo único que consigue es trasladar a otros países de Europa la contaminación que hasta ahora se producía en Alemania.