En ciudades como Tenerife, Zaragoza y algunos municipios de Madrid, el tranvía se ha convertido en un medio de transporte común. Aunque no es tan popular como el metro en algunas zonas, este sistema está muy extendido en varias partes de Europa debido a su menor coste de instalación y mantenimiento. A nivel funcional, el tranvía es bastante similar al metro, pero tiene algunas características únicas que lo hacen destacar.
Ventajas del Tranvía
El tranvía es una solución más económica que el metro cuando se trata de infraestructura, ya que no requiere la construcción de túneles ni estaciones subterráneas. Esto lo convierte en una opción atractiva para ciudades que buscan expandir su red de transporte público de forma eficiente y sostenible. Además, es una alternativa ecológica que ayuda a reducir el número de coches en las calles, aliviando la congestión y las emisiones contaminantes.
El Principal Problema: La Falta de Flexibilidad
Sin embargo, uno de los mayores inconvenientes del tranvía es su falta de libertad de giro. Al circular sobre vías fijas, el tranvía no puede desviarse fácilmente de su camino para evitar obstáculos. Esto, combinado con su gran masa y las velocidades que pueden superar los 45 km/h, dificulta que frene rápidamente en caso de emergencia. A diferencia de los autobuses u otros medios de transporte que comparten las mismas superficies, el tranvía requiere una distancia considerable para detenerse completamente.
Desafíos Diarios para los Conductores
A pesar de contar con prioridad de paso en la mayoría de los casos, los conductores de tranvía deben lidiar a diario con conductores despistados que invaden las vías del tranvía, creando situaciones peligrosas. Es común que estos vehículos se vean forzados a realizar frenadas de emergencia debido a la imprudencia de algunos conductores que no respetan las señales de tráfico.