Tal y como os comentamos, hace semanas la Scuderia Cameron Glickenhaus tomó Nürburgring en un abrir y cerrar de ojos. Se hablaba de un nuevo récord en el Infierno Verde y lo cierto es que no era para menos con un registro de 6 minutos y 42 segundos con lastre y un motor capado.
Como las cosas no podían quedarse así y viendo el potencial del modelo, terminar de nuevo en el mítico trazado era el siguiente paso, aunque todo terminó bruscamente. La semana pasada, el Glickenhaus tuvo un fuerte golpe en el trazado.
Una pista muy húmeda, un fallo del piloto y probablemente, algo más. Saliendo de una curva el modelo tuvo una pérdida de tracción y acabó chocando contra uno de los muros de protección.
No es raro que los coches con motor central y tracción trasera pierdan tracción de esta forma, con estas condiciones y con este tipo de conducción. Este tipo de sobreviraje se produce cuando el acelerador se levanta mientras el automóvil recorre una curva a alta velocidad –casi en los límites del coche y en los límites de adherencia ya que durante la vuelta se registraron precipitaciones muy intensas-. Básicamente se basa en la transferencia de peso ya que la carga vertical en el eje trasero disminuye notablemente y hace que el coche pierda tracción.
Debido construcción y a la ubicación de sus componentes, los vehículos de este tipo son propensos a girar mucho más rápido en estas situaciones tan particulares.
El accidente ocurrió en la sección Kesselchen del Nurburgring a más de 200 km/h y su piloto, Ken Dobson escapó ileso.
Esperemos que vuelvan rápido con al circuito…
Baya tortazo
Vaya*
Las tracciones traseras con el agua no van muy bien que digamos