Como ya sabéis, con la normativa de homologación WLTP se introdujo en septiembre de 2018 un nuevo filtro de partículas de escape para los vehículos de gasolina vendidos en Europa. Este filtro, también conocido como GPF, es similar al que llevamos algunos años viendo en los vehículos diésel, y lo que hace es reducir las emisiones de hollín.
La pregunta es, ¿afecta este nuevo filtro a las prestaciones de los vehículos? Pues a fin de comprobarlo, nuestros compañeros de Carwow han decidido enfrentar a dos variantes del Audi RS3 Sportback, una anterior a la entrada en vigor del ciclo de homologación WLTP y otra posterior, es decir, uno con el mencionado filtro y otro sin el filtro.
No quiero destriparos el vídeo, pero ya os adelanto que hay diferencias muy sutiles, con delgados márgenes entre versiones sobre la pista. Por eso, el equipo de Carwow opta por hacer también la prueba en un banco de potencia, que es donde las diferencias entre ambos salen a relucir, especialmente en las gráficas, ya que en potencia son muy similares.
Recordemos que el Audi RS3 Sportback esconde en el vano motor un interesante bloque turbo de 2.5 litros y cinco cilindros con 400 CV de potencia y 480 Nm de par máximo. Estas cifras permiten al Audi RS 3 acelerar de 0 a 100 km/h en 4,1 segundos y recuperar de 80 a 120 km/h en apenas 2,7 segundos. La velocidad máxima es de 250 km/h.