Por lo general, los motores eléctricos son mucho más sencillos que los motores de combustión, estando formados por apenas tres elementos: el motor, las baterías y el ordenador que los gestiona. Sin embargo, siempre ha existido un gran misterio en torno a los motores de Tesla, cuyos creadores afirman que son mucho más complejos de lo que parecen.
Sí, no eres el único que ha pensado que si no lo ves, no lo crees, y esa es precisamente la razón por la cual los chicos de What’s Inside, un educativo canal que se centra en abrir objetos cotidianos y comprobar cómo funcionan, se han hecho con uno de los motores de un Tesla Model S de 2012 para descubrir qué hay en su interior.
Uno de los mayores secretos de la gama Tesla son los motores eléctricos y configuración.
Llama especialmente la atención la disposición de los elementos, con una configuración y una colocación de los componentes muy cuidada. Una de las primeras cosas con las que se encuentran al comenzar a separar las piezas es un peculiar líquido azul que inunda toda la mecánica.
Este no es otra cosa que el líquido refrigerante, que permite reducir las altas temperaturas que puede alcanzar cuando se demandan constantemente elevadas dosis de potencia del modelo. La «autopsia» continúa hasta toparse con lo que parece ser el centro neurálgico del motor, oculto dentro de un cilindro de metal sellado.
En el se puede ver un conjunto de placas dispuestas de manera triangular que forman el ordenador. Su desarrollo, software y fabricación son toda una incógnita, pero a grandes rasgos son las encargadas de gestionar la energía que va de las baterías al motor. El vídeo continúa con la caja de cambios.
En ella podemos ver grandes engranajes y diversos rodamientos llenos de aceite, lo típico que encontraríamos en cualquier otro motor. Por desgracia, aquí es donde termina el vídeo, lo que sugiere que dentro de muy poco veremos una segunda parte en el que tratarán de explicarnos cómo funciona el conjunto. Permaneced atentos.