Las rotondas suelen ser escenario de maniobras un tanto peculiares, bien porque se olvidó como hacerlas o bien porque nunca se supo… Sea como sea, también es cierto que hay algunas rotondas que son para verlas, porque no sabes por dónde cogerlas. Si ya las conocidas como “rotondas partidas” muchas veces nos hacen perder la cabeza, imaginaos lo que puede suponer una rotonda en la que confluyen 12 avenidas, una turbo rotonda o una gran rotonda que comprende en su interior otras cinco más pequeñas.
Lo mismo ocurre con las intersecciones, ya que a aquellos que no acostumbran a respetar las prioridades porque rigen su vida por la ley del más fuerte se suman giros bruscos carentes de visibilidad, cruces en los que es imposible avanzar por el tráfico, semáforos con tiempos de espera interminables… En resumen, llamémoslo falta de civismo, de conocimiento o de planificación, pero lo que está claro es que las cosas pueden ser mucho más sencillas y fluidas con sólo aplicar la lógica.
Eso es precisamente lo que viene a mostrarnos el vídeo de hoy, la solución más práctica y la mejor forma de actuar en cada tipo de intersección. A ver si con un poco de suerte lo ve algún que otro departamento de Urbanismo…