Hace unos meses os hablé del trabajo de Stephan Papadakis, un ingeniero especializado en preparaciones extremas que se propuso un reto ambicioso: desarrollar un motor de 1.000 CV para el nuevo Toyota Supra A90. A pesar de las críticas por las similitudes del Supra 2019 con BMW, especialmente en su interior y el motor, este proyecto único promete cambiar la percepción del deportivo japonés.
Motor B58: El corazón alemán del Supra
El motor B58 de origen BMW, que equipa el nuevo Supra, ha sido objeto de debate entre los puristas del modelo. Aunque este seis cilindros en línea es una pieza de ingeniería excelente, muchos fanáticos del Supra han pedido un motor de origen japonés, uno que recuerde al legendario 2JZ que impulsó al Supra de generaciones anteriores a la fama. Este motor, en su versión original, entregaba 280 CV en Japón y hasta 330 CV en los mercados de Europa y Estados Unidos, siendo uno de los mejores motores de alto rendimiento por su capacidad de ser modificado para obtener aún más potencia.
Un motor de 1.000 CV: El reto técnico
Para Papadakis, lograr una potencia de 1.000 CV con el motor B58 no ha sido tarea fácil. El proceso ha requerido el desarrollo de múltiples componentes personalizados. Entre las modificaciones más importantes, destaca un colector de admisión diseñado por Mountune e impreso en 3D en aluminio, una pieza clave que permitió integrar un nuevo intercooler y un sistema de inyección de combustible mejorado.
Componentes personalizados: El alma de la preparación
El trabajo de Papadakis no se limitó al colector de admisión. También se instalaron pistones y varillas forjadas, un colector de escape a medida y un turbo BorgWarner, mucho más grande que el de serie. Además, para que todo el conjunto funcione de manera óptima, Papadakis desarrolló un arnés de cableado personalizado y adaptó el motor para funcionar con una ECU independiente, separada del resto del coche.
Las pruebas en el banco de potencia: Problemas y soluciones
Durante las pruebas en el banco de potencia, la preparación del motor se enfrentó a varios problemas. El motor comenzó a gotear, lo que obligó a reemplazar algunas piezas; el sistema de refrigeración perdió líquido, y uno de los inyectores se derritió, provocando la aparición de chispas. Sin embargo, tras solucionar todos estos inconvenientes, la prueba final fue todo un éxito.
El resultado final: 1.033 CV y 1.231 Nm de par
Finalmente, el motor del Supra A90 desarrollado por Papadakis logró superar el objetivo de los 1.000 CV, alcanzando una potencia de 1.033 CV y un par máximo de 1.231 Nm. Este impresionante rendimiento coloca al motor B58 a la altura de los grandes motores icónicos del pasado, como el 2JZ. Ahora, solo queda por ver dónde acabará esta brutal mecánica y cómo se utilizará en futuros proyectos.