Ya sabéis que un Crash Test es un proceso complejo por el que un vehículo es sometido a una serie de pruebas para simular diferentes choques que podrán suceder en la vida real. Así, los vídeos que recogen estos momentos tan duros son muchas veces compartidos por los fabricantes de automóviles o los programas de evaluación de automóviles (como Euro NCAP) para enseñarnos lo seguros que son los coches nuevos.
El problema viene cuando en estas imágenes podemos ver a la perfección y con todo de detalles cómo destrozan un superdeportivo de ensueño, algo que en un pasado ya nos mostraron Tesla con el Model X o Pagani con el Huayra. Ahora es el turno de Koenigsegg, que en un vídeonos muestra el exclusivo Regera pasando por todo tipo de pruebas de choque.
Te llamará la atención que aquí no vemos el típico «laboratorio de pruebas» que acostumbramos a ver en las pruebas de choque, sino también un circuito en que el hypercar choca con todo tipo de obstáculos e incluso vuela sobre bordillos. Y ojo, porque hablamos en todos los casos del mismo ejemplar, el cual se repara y se vuelve a torturar en los test.
Eso no es de extrañar. Pensemos que cualquier fabricante de automóviles medianamente grande puede coger 16 modelos de una media de 25.000 euros, destruirlos en prueba de choque, deshacerse de ellos y solo perder 400.000 euros en el intento. Sin embargo, para Koenigsegg, 16 vehículos a razón de dos millones de euros cada uno son 32 millones de euros tirados a la basura y la producción de todo un año.
Por esta razón en el vídeo nos muestran cómo idearon un eficiente e inteligente programa de pruebas de choque. En él podemos ver a los ingenieros de la marca sueca dando martillazos alrededor de la carrocería del coche y en los bajos, o cerrando las dos puertas de la forma más brusca posible. Lo «mejor» de todo es que el chasis no resulta dañado en ninguna de las pruebas, por lo que los ingenieros de la marca pueden estar orgullosos de la resistente estructura del conjunto.