Pocas veces compartimos este tipo de contenido, pero cuando se trata de una de las peores exhibiciones de habilidades de conducción que hemos visto, la ocasión merece la pena. Ocurrió en Suiza, a la salida de un aparcamiento, y nuestro protagonista de hoy, o es muy malo al volante, o había consumido algo que no debía.
El conductor de este Volkswagen Passat de color plata plantea mal las cosas desde el principio. Un exceso de velocidad en un espacio cerrado y estrecho suele ser un cóctel explosivo, con unas consecuencias muy similares a las del ping pong que juega nuestro amigo en el vídeo contra las paredes del aparcamiento.
Primero golpea la acera de un lateral a cierta velocidad, rebota a la pared contraria, vuelve a rebotar contra la primera acera y finalmente termina atravesando el coche en medio de la salida del aparcamiento. Lejos de tocar el freno, el conductor no para hasta que el muro le obliga a ello.
No dispuesto a aceptar la derrota, el propietario del Passat da marcha atrás para tratar de enderezarse, dándose contra la barrera. Vuelve a intentarlo hacia delante y, sorpresa, otro golpe con el costado a la pared. Genio y figura. Finalmente consigue marcharse, eso sí, con una factura importante del taller…