A principios del mes de octubre llegó una curiosa invitación a nuestro correo: nos proponían visitar el Mazda Research Europe (MRE), o lo que viene siendo lo mismo, el Centro Europeo de I+D de Mazda. Lógicamente, aceptamos sin dudarlo. Así, el martes 18 de octubre poníamos rumbo a Frankfurt con la intención de conocer cómo se trabaja en uno de los grandes centros de diseño de una marca.
A la mañana siguiente poníamos rumbo a Oberursel, Alemania, una localidad cercana a la gran urbe en la que rápidamente divisamos una torre con el nombre de ‘Mazda’. El complejo, rodeado por un bosque, es uno de los puntos neurálgicos del fabricante y allí es donde íbamos a conocer de primera mano una de las primeras etapas del desarrollo de un vehículo. No sabíamos lo que nos esperaba, pero estábamos seguros de que la visita iba a ser realmente interesante.
Como bien sabéis, la actual filosofía de la marca nipona gira en torno al diseño KODO -alma en movimiento-, por lo que la decoración del MRE está esencialmente basada en el mismo. El diseñador Kevin Rice, director de diseño europeo y de las instalaciones, fue el encargado de recibirnos con una sonrisa de oreja a oreja y acompañarnos durante la visita. Para quienes no lo sepáis, el señor Rice es el artífice de los diseños actuales de la marca y, a pesar de haber trabajado 13 años para BMW (desde el año 2000), tras hablar con él rápidamente podrás percatarte de que su sitio realmente está entre los japoneses.
Da gusto tratar con gente a la que le apasiona su trabajo, personas que realmente sienten lo que hacen, porque no hay nadie como ellos para hacerte disfrutar de una jornada tan especial como esta.
En la primera parte de nuestro recorrido, descubrimos que el diseño KODO no solo está presente en los coches de Mazda, sino que es toda una forma de vida. Bicicletas, sofás e incluso ropa inspirada en esta filosofía que aboga por el dinamismo, la naturaleza y la simplicidad decoran las paredes del MRE. Kevin nos cuenta que para su equipo el diseño KODO no solo es diseño, es una forma de interpretar el automóvil actual y, por supuesto, el del futuro.
A día de hoy, cuando vemos un Mazda por la calle, rápidamente sabemos que es un Mazda ¿Por qué? Porque la marca nipona aboga por el diseño como uno de los puntos fuertes de sus modelos y ha conseguido que toda la pasión de sus trabajadores se traslade a sus vehículos, es el esfuerzo de todos y cada uno de los miembros del equipo lo que dota a la gama Mazda de tanta personalidad. Todo ello, claro está, aderezado con unas dosis de cultura japonesa.
Y cuando te lo cuentan tú piensas “pues claro, qué me va a decir si trabaja aquí”, pero cuando al cabo de un rato te cuentan la forma de diseñar los coches, ya te lo empiezas a creer. Lo normal en una marca es crear los diseños por ordenador y luego ya, desarrollar un concept ¡Faltaría más en pleno Siglo XXI! Pero no, en Mazda hacen justo lo contrario: el diseño primero ve la luz sobre papel y luego ya, los temas referidos a la aerodinámica o la seguridad se perfeccionan en un ordenador a través de complejos programas informáticos.
Sí, tal cual, los trazos primarios se hacen a mano alzada y buena prueba de ello fueron los dos bocetos con los que nos obsequió uno de los diseñadores del Centro (imagen inferior). Como si de una clase de dibujo se tratase, con un bolígrafo y varios rotuladores en apenas diez minutos vimos como dos folios en blanco se transformaban en dos bocetos de las ‘Generation Six’ y ‘Generation Seven’. Simplemente, sensacional.
La principal diferencia entre ambas generaciones se encuentra en las líneas maestras del diseño. Actualmente predominan los ángulos, las líneas marcadas, mientras que en el futuro cobrarán una mayor fuerza visual los reflejos.
La ‘Generation Six’ representa esencialmente el movimiento y es la que podemos encontrar en la actual generación de modelos de la gama, mientras que la ‘Generation Seven’ será la que veamos en un futuro no muy lejano, pues ya hemos podido disfrutar de sus primeros pasos en el Mazda RX-Vision. Es el siguiente paso del diseño KODO y aquí ya no solo hay dinamismo, también están presente la pureza y la simplicidad.
Continuando con la visita, en una da las salas se descubre ante nosotros el Mazda Koeru Concept -al que conocimos en el Salón de Frankfurt 2015-, anticipo del Mazda CX-4 que en principio solo llegará al mercado chino. Y lo cierto es que es una auténtica pena, porque el prototipo que tenemos ante nuestros ojos es, cuanto menos, prometedor. En dicha sala conocemos a Alex, otro de los diseñadores que, como podéis ver en la imagen superior, se encuentra trabajando sobre la arcilla.
¿Pero qué estaba haciendo exactamente? La respuesta es sencilla: experimentar, esperar a que venga la inspiración y exteriorizar su creatividad modelando la arcilla para descubrir nuevas formas. Sí, puede parecer extraño en plena era de la digitalización y los diseños en 3D, pero como os he dicho un poco más arriba, en el MRE los diseñadores trabajan desde la pasión y con total libertad, y aquí tenéis otra prueba de ello.
Otro de los pilares fundamentales del diseño se encuentra en el interior, y de esto saben mucho Luciana Silvares y María Greger, diseñadoras Senior. Ambas nos cuentan que, a pesar de que sea el exterior el que inicialmente nos entra por los ojos, es en el interior del vehículo donde pasamos nuestro tiempo, por lo que todo ha de ser tan agradable a la vista como al tacto.
En realidad, su departamento es un auténtico muestrario, y es que hoy en día cualquier cosa puede ser fuente de inspiración para diseñar un habitáculo. En las imágenes podéis ver que allí encontramos diversos tipos de colores, tapicerías, materiales de revestimiento o molduras, pero junto a ellos también descansan revistas de moda, trozos de tela, objetos de metal e incluso una lata de Coca Cola o una cápsula de Nespresso.
Es cierto que el trabajo de este equipo de diseñadoras consiste en crear interiores, pero para ello antes hay que llevar a cabo una ardua labor de investigación. Hay que indagar entre las tendencias actuales y futuras de todos los mercados, investigar entre múltiples disciplinas que abarcan desde la moda hasta la arquitectura, recoger muestras, probarlas y, a partir de ahí, desarrollar materiales que creen una experiencia sensorial para el futuro cliente.
Uno de los elementos que más nos llamaron la atención en la sala fueron los ‘huevos’ -así lo denominan allí-, que no son otra cosa que una especie de pelotas aplastadas forradas con diversos materiales. Así es más fácil sentir el tacto del material que sobre una superficie plana.
Al igual que ocurre en muchas otras profesiones, aquí las innovaciones ven la luz por la técnica del ensayo y error. Las pruebas que se llegan a hacer antes de lanzar un nuevo material al mercado son infinitas, pues todo ha de ser cuidado al milímetro, desde la temperatura de los metales hasta la calidad de los plásticos o el color y la suavidad del cuero. Cuando nos montamos en nuestro coche queremos que todo esté en armonía, que nos guste y que, además, sea cómodo, y este es un aspecto en el que Mazda está haciendo especial hincapié en los últimos años.
Pero de nada sirve que os cuente todo esto si vosotros no podéis sentir, al menos, una parte de nuestra experiencia mientras lo leéis. Por ello, os dejo con una galería de fotografías de nuestra visita. Al fin y al cabo, vale más una imagen que mil palabras ¡Disfrutadla!
Miguel Rojas
Todo muy exótico