Si hace poco me centré en explicaros qué es el volante motor, también conocido como volante de inercia, así como en detallaros qué hace, qué tipos hay y cuál es su funcionamiento, hoy es el turno de su mantenimiento y las posibles averías que puede sufrir. Como elemento vital de la mecánica de nuestro automóvil, es un componente que requiere cierto cuidado y no está libre del desgaste.
Como ya os comenté, es un elemento pasivo que aporta al sistema una inercia adicional que permite almacenar energía cinética. A modo de resumen, acumula las inercias de las sucesivas explosiones del motor para lograr que el giro sea lo más continuo posible, ayudando con ello a que el movimiento del coche sea más suave, evitando que el coche y el motor vayan a tirones.
Consejos para cuidar el volante bimasa
Como su cometido es regular el giro del cigüeñal, se ubica en el extremo de este, junto al embrague -en una única posición posible-, por lo que el rozamiento al que está sometido es elevado. Para evitar un desgaste prematuro, hay una serie de hábitos que puedes adquirir para evitar una avería en el volante bimasa antes de tiempo, ya sea porque quieres que te dure durante muchos años o porque ya empiezas a notar los primeros síntomas de avería.
Arranca el coche pisando el embrague
En la mayoría de los coches actuales es necesario pisar el embrague para poder arrancar, pero en cualquier caso, hacerlo aunque no sea necesario facilita el arranque, ya que el motor arrastra menos peso. Además, con ello evitamos arrancar el motor con una marcha engranada por despiste, algo que supone un auténtico sobre esfuerzo para el sistema.
Trata el embrague con cariño
Como ya te comenté, podríamos decir que el volante motor forma parte del conjunto del embrague, por lo que tratar bien este componente repercute en la salud de todos sus componentes. Acciones como soltar de golpe el embrague -en lugar de levantar el pie suavemente- no sólo hacen sufrir al volante bimasa, sino también al motor y al embrague en conjunto.
Lo correcto es levantar el pie poco a poco del pedal del embrague tras cada maniobra en la que lo usemos, con suavidad y en el momento adecuado. Con el momento adecuado me refiero a que no debes hacerlo ni demasiado pronto (por ejemplo, antes de haber introducido del todo una marcha) ni demasiado tarde – cuando ya hayan caído en exceso las revoluciones, debiendo trabajar el embrague para recuperarlas.
Igualmente, si haces patinar en exceso el embrague o apuras mucho el disco, sus componentes elevarán su temperatura por encima de lo normal debido al rozamiento, lo que puede desembocar en un desgaste prematuro de las piezas. Lo mejor que puedes hacer es acudir al taller en cuanto notes algo raro en el embrague, quizás todavía puedas solucionar a tiempo un problema mayor.
No aceleres a fondo desde bajas revoluciones
Si bien es cierto que el volante bimasa está preparado para funcionar en todas las situaciones, el hecho de pisar el acelerador a fondo cuando las revoluciones han caído en exceso acorta la vida de todos los componentes del embrague si se lleva a cabo con frecuencia. El motivo es sencillo: la mayor carga de trabajo del volante motor se produce cuando las revoluciones son bajas y hay mucho par.
Es muy fácil darse cuenta de que estamos haciendo las cosas de forma incorrecta, pues cuando dejas caer en exceso las revoluciones -normalmente por debajo de las 1.500 o 1.600 vueltas- empiezan a aparecer incómodas vibraciones procedentes de la mecánica. En ese momento, deja de hacer el cafre y baja una marcha en lugar de seguir pisando a fondo el acelerador.
Cuida la batería del vehículo
Hay ocasiones en las que la batería de nuestro vehículo puede estar descargada, defectuosa o con una potencia inferior a la que necesita el automóvil. En estos casos, genera un giro de motor lento y sin energía suficiente, por lo que se incrementa la holgura del volante bimasa. Lo mismo ocurre con las baterías de coche baratas, que poseen el mismo amperaje que las buenas, pero menor potencia de arranque.
Un giro de motor más lento y tiempos de arranque más largos afectan no sólo al volante bimasa y al arranque, sino también a la electrónica del vehículo. Igualmente, un motor de arranque defectuoso genera los mismos problemas que una batería en mal estado, por lo que ante el menor indicio de un arranque incorrecto o con mucha resistencia, es recomendable que acudas al taller.
Ojo con las modificaciones en tu vehículo
Hay ciertos aspectos que debes de tener en cuenta cuando optas por modificar tu vehículo en un especialista del mercado de accesorios del automóvil. Variaciones como una mayor anchura de los ejes, un aumento significativo de potencia en la mecánica o la adición de un peso excesivo al conjunto pueden traducirse en un mayor desgaste para el volante motor. Lo mismo ocurrirá si no llevamos a cabo un mantenimiento adecuado del coche.
Avería en el volante bimasa: Síntomas
Es lógico que con el paso de los años y el uso del vehículo sus componentes mecánicos se vayan desgastando, especialmente si hacemos muchos kilómetros al año. Con el uso, la holgura del volante bimasa aumenta y podemos ver aparecer algunas anomalías en forma de ruidos al arrancar, ruidos apreciables al ralentí y al acelerar, fallos de motor al ralentí tras el arranque, tiempos de arranque más largos…
Existe toda una serie de síntomas que nos indican que el volante bimasa está llegando al final de su vida útil. En este apartado nos vamos a centrar en analizarlos brevemente, ya que una avería en el volante motor nos puede salir muy cara. Normalmente, los talleres no pueden repararlo individualmente y cambian todo el conjunto (volante bimasa y embrague + mano de obra), lo que fácilmente puede superar los 1.000 euros en función del vehículo. En el siguiente vídeo puedes escuchar los ruidos producidos por un volante bimasa defectuoso.
Los ruidos extraños
No, no se te ha colado ningún grillo en el motor. Cuando un volante bimasa está averiado, no es extraño escuchar ruidos procedentes de esta pieza. Podemos distinguir varias situaciones:
- Al pisar el embrague, con el coche arrancado, en punto muerto y el coche parado: parece un trabalenguas, pero si sigues todos estos pasos y aun así escuchas de fondo un ruido como el de una carraca metálica, puede que tengas averiado el volante de inercia o algún otro componente del embrague.
- Al parar el motor: si al detener el vehículo y apagar el motor escuchas varios ruidos como si golpearas levemente algo metálico -del tipo “clack-clack”-, puede que tengas estropeado el volante motor o algún componente del embrague.
- Al ralentí: si hemos dicho que la función del volante de inercia es evitar que los traqueteos y las vibraciones se transmitan al conductor, si al poner el punto muerto con el motor encendido escuchas un ruido metálico procedente del vano motor, puedes tener estropeado este componente o el embrague. Este se combina con ligeras vibraciones.
La segunda es acelerar poco a poco. Si al subir las revoluciones las vibraciones reducen su intensidad pero aumentan su frecuencia, probablemente se trate de una avería del volante de inercia.
Las malas vibraciones
Como acabo de indicar y tal y como os contaba ayer, la función del volante de inercia es evitar que los traqueteos y las vibraciones se transmitan al conductor, por lo que si aparecen este tipo de síntomas es que algo no está funcionando correctamente en nuestro vehículo:
- Al pisar el embrague: el embrague nos permite saber cuánto se ha desgastado el volante bimasa (varía ligeramente según el vehículo), pues en función de ello nos llegarán más o menos vibraciones a través de la cadena cinemática. Las vibraciones suelen transmitirse también a la palanca de cambio, el volante e incluso el asiento, pero las notaremos especialmente en el embrague. Si las vibraciones son acusadas y van acompañadas del sonido metálico, el volante de inercia estará muy deteriorado, de lo contrario, el sistema de muelles no estará del todo desgastado y aún absorberá parte de las vibraciones.
- Al iniciar la marcha: si únicamente notas vibraciones al iniciar la marcha, sin que esté presente el resto de los síntomas al ralentí, puede que el volante bimasa esté algo gastado, pero todavía mantiene parte de su capacidad para absorber las vibraciones. Cuando estas aumentan al iniciar la marcha, es cuando más notamos su deterioro.
- Al apagar el motor: al caer las revoluciones en exceso es cuando más palpables se hacen los ruidos y las vibraciones que indican que algo no funciona correctamente, sensación que se nota todavía más acusada cuando se está apagando el motor.
- Cuando las holguras son muy grandes, el sensor de posición del cigüeñal no es capaz de captar información y la centralita del vehículo no permite el arranque.
- El volante de motor pierde su grasa interna, que se introduce en el motor de arranque provocando su fallo.
¿Hay que cambiar el volante bimasa al cambiar el embrague?
Cuando sustituimos el embrague, no siempre resulta necesario sustituir también el volante bimasa, pero en todo caso dependerá del estado de este y del kilometraje del vehículo. Cambiar un embrague conlleva bastante mano de obra, y muy costosa, por lo que si el coche tiene muchos kilómetros (más de 100.000 kilómetros) quizás sea recomendable cambiar ambas piezas para evitar una reparación futura, ya sea por desgaste o por avería que afecte a nuestro embrague nuevo.
Si el vehículo no tiene muchos kilómetros, sólo será necesario reemplazar el volante de inercia en los siguientes casos:
- Si su grasa interna ha salido de manera abundante.
- Si presenta surcos provocados por los remaches de un disco de embrague desgastado.
- Si presenta excesiva holgura radial o axial.
- Si su superficie está azulada o agrietada, lo que indica que el sistema ha trabajado con exceso de temperatura.
Si, hola, ¿que articulo?
Hola queria consultar sobre cuando devo considerar q esta demasiado fino mi volante i cuantos mm deveria tener? Es un ford falcon motor 221 .gracias!!!
Exelente explicacion muy muy buena