Las cosas en Volkswagen no van del todo bien y si hace unos días desde el departamento financiero de la marca lanzaba una advertencia que fijaba como fecha límite para una reestructuración un plazo de dos años, hoy nos hemos enterado de más detalles.
Al parecer, Volkswagen estaría eliminando una serie de acuerdos laborales que incluyen una garantía de empleo hasta 2029 en seis plantas alemanas. Con esta eliminación, aumenta el fantasma de los despidos a partir del próximo año, algo por lo que los representantes han prometido luchar.
La compañía ha cancelado varios acuerdos vinculados a un pacto de tres décadas que supuestamente salvaguardaría el empleo hasta 2029. Las garantías expirarán efectivamente a mediados del próximo año.
Las medidas tienen como objetivo «reducir los costes en Alemania a un nivel más competitivo», dijo el jefe de recursos humanos de Volkswagen, Gunnar Kilian, en un comunicado lanzado ayer.
El principal objetivo de Volkswagen es ser más competitiva en un nuevo entorno en el que las ganancias se están reduciendo como fruto de una transición torpe y lenta hacia la electrificación acompañada de una desaceleración del gasto de los consumidores y del volumen de las ventas. Ojo, que Volkswagen no será la única en tener problemas, al menos ha sido la única -de momento- en reconocer que puede tener problemas si no empieza a poner soluciones anticipadas-.
Los fabricantes de automóviles en Europa están luchando por competir con Tesla y las nuevas marcas chinas, que viene pisando fuerte con una tecnología mucho más consolidada, mejores baterías, modelos más variados y sobre todo, precios que ponen en jaque a las marcas históricas del Viejo Continente.
Aunque cueste creerlo, cuanto mayor es una compañía, más cuesta recortar y los recortes en Volkswagen son más difíciles de implementar que en otras compañías.
La mitad de los puestos en el consejo de supervisión de la empresa están ocupados por representantes de los trabajadores, y el estado alemán de Baja Sajonia, que posee una participación del 20 por ciento suele ponerse del lado de los sindicatos. Esto hace que los ajustes de personal vayan a convertirse en un auténtico quebradero de cabeza y es que ni estados ni sindicatos quieren oír hablar de la palabra «despidos».
El fabricante de automóviles, que emplea a casi 300.000 personas sólo en Alemania, ha defendido sus planes de cierre de plantas, diciendo que las menguantes ventas de automóviles le han dejado con dos fábricas de más. Estas dos fábricas de más y los costes laborales asociados repercuten negativamente en el balance de la marca que afronta unos 1.000 millones de euros de gastos no deseados.
Algunos sindicatos han propuesto pasar a la jornada de cuatro días y a la reducción de turnos como alternativa a los cierres, medida similares a las que se efectuaron en la década de los 90 y por aquel entonces funcionaron.
Estas informaciones han sido publicadas por Reuters y Bloomberg