Hoy en día estamos inmersos en una ardua batalla contra los diésel. Poco a poco las grandes ciudades restringirán la circulación de los vehículos más contaminantes, como es el caso de Madrid Central, mientras que nuestro Gobierno ya ha fijado la fecha para poner fin al motor de combustión (si la Unión Europea le deja claro, que eso es tema aparte).
Entre las últimas medidas más polémicas destacan la equiparación del precio del diésel y la gasolina o la obligación para aproximadamente 1.200 gasolineras de convertirse en ‘electrolineras’ en un plazo máximo de 27 meses, y es que la moda es hablar del coche eléctrico porque, entre otras cosas, la ignorancia acerca del autogás como combustible está muy extendida incluso entre los gobernantes.
Pero no sólo los gobiernos están apostando por la retirada de los vehículos de combustión de las carreteras, sino también los propios fabricantes de automóviles. Si ya en su día fueron varios los fabricantes que anunciaron que retirarían los vehículos diésel de su gama en los próximos años, hoy es el gigante alemán el que pone los puntos sobre las íes en relación a los vehículos de combustión interna.
Volkswagen está haciendo una fuerte inversión en vehículos eléctricos y, aunque también trabaja actualmente en el desarrollo de vehículos de CI, la compañía germana ya ha anunciado que la próxima generación de automóviles de gasolina y diésel que llegará al mercado a partir de 2026 será la última, tal y como informan desde Reuters.
Así lo anunciaba recientemente el jefe de estrategia de Volkswagen, Michael Jost, en una conferencia cerca de la sede de la compañía en Wolfsburgo. Sin embargo, puedes estar tranquilo, esta transición no será como la del Gobierno, así de sopetón, sino que se llevará a cabo de manera lenta y progresiva, hasta el punto de que en 2050 todavía seguiremos viendo vehículos de combustión dentro del Grupo, especialmente en aquellos países con una estructura eléctrica menos desarrollada.