Del 2 al 4 de febrero se celebra en Alemania el Bremen Classic Motorshow, y Volkswagen ha acudido en esta ocasión por primera vez para celebrar los 30 años de uno de sus modelos más populares, aunque quizás no sea uno de los más conocidos.
El Volkswagen Corrado era un cupé deportivo que se fabricó en los años 90 y destacaba esencialmente por su esbelta figura, mucha personalidad y un equipamiento de lo más completo adelantado a su época, además equipaba un alerón trasero que se elevaba automáticamente al superar los 120 km/h. Ahora, en su trigésimo cumpleaños el fabricante alemán ha acudido a este popular evento con dos modelos muy exclusivos de esta serie.
El Bremen Classic Motorshow marca el inicio de la nueva temporada de clásicos, y Volkswagen no ha querido perder esta oportunidad para asistir con su cupé deportivo, el Corrado. Un modelo que con una configuración 2+2 fue introducido en el mercado en 1988, y en un principio debía ser el sucesor del Scirocco II pero finalmente siguió siendo fabricado con la denominación de ‘Corrado’ hasta el cese de su producción en 1995. Como base para este coupé se escogió el Golf II presentado en otoño de 1988, y en su interior equipaba un motor de cuatro cilindros y 1.8 litros que desarrollaba una gran cantidad de par gracias a que estaba sobrealimentado mediante un compresor.
Si por algo destacaba el Volkswagen Corrado era por un spoiler trasero que se activaba una vez se superaba los 120 kilómetros por hora, una tecnología que en la época solo estaba disponible en deportivos de alto nivel como en el Porsche 911 y algunos superdeportivos.
Como resultado, se obtenía hasta 160 CV de potencia y 225 Nm de par a 4.000 rpm, que junto con un coeficiente aerodinámico de solo 0,32 Cx conseguía una aceleración de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y una velocidad máxima de 225 kilómetros por hora. Pero para añadir algo más de adrenalina se incorporó una versión denominada VR6 que incrementaba su potencia hasta los 190 CV de potencia gracias a un motor atmosférico y 2,9 litros. Gracias a este conseguía unas cifras de 0-100 km/h en 6,9 segundos y una máxima de 235 kilómetros por hora. Destacó principalmente porque su estética se salía de lo ‘tradicional’ respecto al resto de modelos de la marca en la época, e incorporaba numeroso equipamiento de confort como el control de velocidad de crucero.