El departamento de vehículos clásicos de Volkswagen Comercial Vehicles nos ha comentado que acaba de terminar de restaurar un vehículo único con 60 años de antigüedad: el ‘Volkswagen Half-track Fox‘.
Este T1 se fabricó en la planta de Hannover en mayo de 1962 y se envió a su comprador en Austria.
Después de un breve período de vida como un T1 normal, se transformó de la mano de un hábil mecánico vienés de Volkswagen en un especialista alpino. Kurt Kretzner convirtió el Bulli en un T1 con cuatro ejes, dos de ellos equipados con un mecanismo de transmisión por cadena y dos dirigiendo el vehículo con neumáticos dobles.
Probablemente sea el Bulli con mayor capacidad todoterreno que jamás se haya visto en las laderas de las montañas de este mundo.
Lo que el mecánico vienés plantó debajo de la carrocería del Bulli pintado de naranja fue, en la parte delantera, un doble eje direccional con neumáticos duales de 14 pulgadas de banda de rodadura rugosa y, en la parte trasera, otro doble eje con transmisión por cadena. Las cadenas iban montadas sobre llantas de 13 pulgadas y una construcción de diseño propio hecha de elementos de aluminio con tacos de goma de dos centímetros de espesor para no destrozar el asfalto. Como resultado de la doble dirección del eje delantero, el radio de giro era de menos de 10 metros, por lo que casi podía girar dentro de su propia circunferencia. Cada rueda estaba equipada con un freno. Un diferencial de deslizamiento limitado automático aseguró una propulsión hacia adelante distribuida uniformemente incluso en nieve profunda.
Este T1 estaba propulsada por un motor Flat de 1192 cc con 25 kW / 34 CV. El Half-track Fox alcanzaba una velocidad máxima de 35 km / h.
El Half-track Fox es un unicornio y era muy difícil de ver en acción. En 1985, el T1 apareció por última vez en Viena, antes de que a principios de la década de 1990 fuera comprado por el Museo Porsche en Gmünd. En algún momento, el Half-track Fox pasó a manos de la ‘Bullikartei e.V.’, una sociedad de amantes de la primera generación de Bulli. En 2005, comenzaron un intento inicial de restaurar el vehículo aunque lamentablemente no fue posible completar la restauración por razones logísticas.
A finales de 2018, el semioruga entró en la colección de VWCV Classic Vehicles con el objetivo de hacerlo funcionar de nuevo.
La carrocería con 60 años fue despojada de su pintura, reparada y se le dio una capa de inmersión catódica y se volvió a pintar en el tono naranja mate original.
El equipo de VWCV Classic Vehicles también recuperó la mecánica y el interior donde los componentes de madera de haya y pino se adaptaron individualmente al espacio interior del Half-track Fox y se instalaron prácticos portaherramientas.
Fuente | Volkswagen