Hace poco más de un día que la guerra ha comenzado en Ucrania por parte de Rusia y ya se están viendo las primeras consecuencias en el sector del automóvil, con la paralización de las ventas de vehículos nuevos por parte de los propios fabricantes y concesionarios.
El Grupo Volkswagen ha enviado una carta a los concesionarios para que dejen de aceptar nuevos pedidos de Skoda, Audi y Volkswagen producidos en suelo extranjero, pudiendo vender solo aquellos que ya se hayan fabricado localmente o los importados que hayan pasado por la aduana.
En Land Rover y Jaguar tampoco aceptarán más pedidos de vehículos nuevos hasta que el país vuelva a la normalidad salvo que las sanciones impliquen tomar medidas más importantes como las que se están planteando otras marcas (que es abandonar la actividad comercial en el país).
Todo parece indicar que los motivos para paralizar las ventas tiene más que ver con la devaluación del rublo que por motivos éticos o morales. Hay que esperar para conocer los efectos de esta guerra que sin duda alguna tendrá consecuencias económicas para todos.