Corren malos tiempos para la industria del automóvil en europea. Hace apenas un mes, Volkswagen nos reveló unos resultados del primer semestre que eran poco alentadores. El beneficio operativo de 10.100 millones de euros suponía un descenso del 11% con respecto a 2023, a lo que se sumó un flujo de caja neto negativo en la división automotriz y una caída del 2% en las ventas.
En la parte positiva, vimos un ligero aumento de los ingresos por ventas. Sin embargo, según revelan desde la CNBC, la situación es más crítica de lo que parece y la firma alemana ha advertido acerca del posible riesgo de cierre de varias plantas de producción en su país natal. La noticia llega apenas un mes y medio después de que Audi nos advirtiera sobre el cierre de su factoría de Bruselas.
¿Qué dicen desde Volkswagen?
En palabras de Oliver Blume, director general del Grupo Volkswagen, “la industria automovilística europea se encuentra en una situación muy exigente y grave. Están entrando nuevos competidores en el mercado europeo y Alemania, en particular, como lugar de producción, se está quedando cada vez más atrás en términos de competitividad”.
Añade que “la situación es extremadamente tensa y no se puede resolver con simples medidas de reducción de costes”. Esto podría dar lugar a «una reestructuración completa« de las diferentes compañías que integran el Grupo, y «el cierre de plantas de producción y de componentes no puede descartarse«. De llevarse a cabo, sería la primera vez en la historia de la firma en tener que tomar medidas tan drásticas.
Los sindicatos, por su parte, ya han puesto el grito en el cielo, pues Volkswagen confirmó ayer mismo que se ha sentido obligado a poner fin a su acuerdo de protección del empleo, un programa de seguridad laboral que ha estado vigente desde 1994, para asegurar “ajustes estructurales urgentemente necesarios”. Según el principal sindicato industrial alemán, IG Metall, este plan “sacude los cimientos” del fabricante de automóviles.