El Grupo Volkswagen quiere ir perdiendo la dependencia tan elevada que tienen de mercados como el alemán, chino o brasileño entrando en nuevos países en los que conseguir un buen volumen de ventas. India, Irán o Rusia son claros ejemplos de prometedor futuro sobre el papel aunque es cierto que sus economías no resultan especialmente estables.
Gracias a un acuerdo con Mammut Khodro, Volkswagen iniciará el próximo mes de agosto la comercialización de los Passat y Tiguan en Irán. En un principio serán productos importados y por tanto sus precios serán muy elevados. De lograr una aceptación importante, el fabricante alemán podría plantearse buscar un aliado para el ensamblaje de algunos de sus modelos.
Hace unos meses SEAT anunció la intención de entrar en el mercado iraní pero las cosas se paralizaron debido a los altos aranceles que actualmente elevan el precio de los vehículos importados. Es de suponer que una vez los ocho concesionarios de Volkswagen estén operando con normalidad, la firma española se una con los León, León Cupra y Ateca para intentar hacerse un pequeño hueco.
El año pasado Irán cerró con unas matriculaciones de vehículos nuevos de sólo 1,3 millones de unidades pero se estima que a corto plazo esa cifra se elevará hasta los tres millones, momento en el que se habrá alcanzado el equilibrio del sector del automóvil. Marcas como Renault, Citroën, DS, Peugeot, Toyota y otras muchas chinas llevan tiempo tratando de conquistar al público con sus modelos.