Está claro que esta noticia no nos pilla por sorpresa. La hoja de ruta de Volvo es, sin duda alguna, clara y contundente. Desde el pasado año, el fabricante sueco nos ha insistido en repetidas ocasiones en su objetivo vender únicamente coches totalmente eléctricos para 2030 (como tantas otras marcas). De hecho, para 2040 aspiran a ser una empresa climáticamente neutra.
Este hito se produce tras su decisión en 2022 de abandonar el desarrollo de nuevos motores de combustión. En noviembre del pasado año vendieron su participación en Aurobay, la empresa conjunta que albergaba todos los activos restantes de motores de combustión. Volvo ya no destina ni una sola corona de su presupuesto de I+D al desarrollo de nuevos motores de combustión interna.
Esa hoja de ruta hacia la electrificación total representa uno de los planes de transformación más ambiciosos de cualquier fabricante de automóviles tradicional. Según afirman los suecos, están totalmente comprometidos con la electrificación porque es lo correcto. En esta línea, hacen referencia al reciente informe Global Climate Stocktake publicado por las Naciones Unidas.
En él se subrayó la urgencia de la emergencia climática que enfrenta la humanidad, así como la necesidad de actuar. Como señala Jim Rowan, director ejecutivo de Volvo Cars,«los sistemas de propulsión eléctricos son nuestro futuro y son superiores a los motores de combustión: generan menos ruido, menos vibración, menos costes de mantenimiento para nuestros clientes y cero emisiones del tubo de escape».
Añade, además, que «estamos totalmente centrados en crear una amplia cartera de vehículos premium totalmente eléctricos que cumplan con todo lo que nuestros clientes esperan de un Volvo y sean una parte clave de nuestra respuesta al cambio climático». El siguiente paso, poner fin a la producción de los motores diésel de la actual cartera de productos.
Adiós a los motores diésel de Volvo
Para subrayar su compromiso con la movilidad eléctrica, durante la Semana del Clima de Nueva York, Volvo ha anunciado que a principios de 2024 dejarán de fabricar todos los modelos diésel de Volvo Car. Dentro de unos meses saldrá de fábrica el último vehículo con motor diésel, lo que convierte a Volvo Cars en uno de los primeros fabricantes tradicionales en dar este paso.
“Lo que el mundo necesita ahora, en este momento crítico para nuestro planeta y la humanidad, es liderazgo”, afirma Jim Rowan. “Ya es hora de que la industria y los líderes políticos sean fuertes y decididos, y apliquen políticas y acciones significativas para luchar contra el cambio climático. Estamos comprometidos a hacer nuestra parte y alentar a nuestros pares y a los líderes políticos de todo el mundo a hacer la suya”.
Volvo justifica su decisión de eliminar por completo los motores diésel a principios de 2024 como un ejemplo de la rapidez con la que están cambiando tanto la industria del automóvil como las exigencias de los clientes ante la crisis climática. Hace solo cuatro años, el motor diésel era uno de los principales negocios en Europa de los fabricantes de automóviles.
En 2019, la mayoría de los vehículos que vendimos en el continente llevaban un motor diésel, mientras que los modelos electrificados apenas empezaban a asomar. La tendencia se ha invertido desde entonces, impulsada por los cambios en las demandas del mercado, por la publicación de normas más estrictas en materia de emisiones y por el propio impulso de las marcas hacia la electrificación.