Un año más pudimos vivir en Madrid un show de lo más espectacular, repleto de emociones y adrenalina. Un espectáculo que suma millones de fans en los Estados Unidos y que poco a poco comienza a implantarse, también, en nuestro país. Este es el Monster Jam®, una competición de Monster Truck con auténticas leyendas al volante que hicieron vibrar a la capital en un escenario como el Estadio Vicente Calderón, donde se respiraba un aire de lo más familiar y con ganas de diversión.
Ya solo conocer las cifras que requiere esta cita para llevarse a cabo pone los pelos de punta: alrededor de 30.500 metros de plástico, 7.500 toneladas de tierra para cubrir el césped del Vicente Calderón, 5.678 litros de combustible para que funcione toda la maquinaria, 25 coches que serán aplastados y un sinfín de horas de trabajo de todo el equipo de Monster Jam.
Por supuesto, lo más increíble de todo esto son los Monster Truck y sus casi 4,5 toneladas de peso, junto con unos neumáticos fabricados exclusivamente para la Monster Jam y unas dimensiones de cada vehículo de 4 metros de alto por 4 metros de ancho dependiendo de cada vehículo. Debajo de cada carrocería podemos encontrar un enorme V8 Turbo de GM de hasta 7.0 litros de cilindrada, con un consumo medio de 10 litros de metanol cada 200 metros.
En esta ocasión la novedad era una nueva acrobacia conocida como el «backflip attempt«, un salto aéreo de 360º nunca antes visto en nuestro país. Este truco tiene historia, ya que desde hace varios años algunos de los conductores de la Monster Jam intentaban llevarlo a cabo, hasta que este mismo año en Suecia, Tom Meents chocó con la parte trasera de un salto, lo cual provocó que diera un backflip y aterrizara sobre el techo sobre un obstáculo, hasta que finalmente continuara rodando de nuevo boca arriba. Esto inspiró a las grandes estrellas de la Monster Jam para conseguir un backflip aéreo completo. Sin embargo, esta vez en Madrid no pudimos ver la maniobra al completo, pese a que varios pilotos intentaron llevarla a cabo, acabaron volcando tras un espectacular salto.
Las maniobras más impresionantes las pudimos ver durante la competición de Freestyle, donde cada conductor llevaba a cabo una serie de saltos y piruetas para impresionar al jurado -formado por diversos integrantes del propio público- y conseguir la mayor puntuación posible. Esta vez la copa fue para Son Uva Digger, una de las estrellas del evento gracias a la excelencia de todos sus saltos. Este Monster Truck se creó siguiendo la imagen del coche del abuelo del conocido conductor Ryan Anderson, debutó en 2011 y desde entonces ha participado en tres finales mundiales.
En Autonoción os hemos preparado una completa galería de imágenes, tanto del montaje de Monster Jam como del propio espectáculo, para todos aquellos que no pudierais asistir ¡Os dejamos una selección de las mejores instantáneas que no os podéis perder!