Tal y como ya os hemos comentado en alguna ocasión, el robo de catalizadores en los coches fluctúa por motivos como la crisis o el alza de los metales preciosos.
Aunque mucha gente lo desconoce, el catalizador es un pequeño tesoro ubicado en los bajos de nuestro coche. Esta pieza puede llegar a alcanzar valores muy altos en el mercado negro al contener ciertos metales caros y difíciles de conseguir; concretamente, platino, paladio y rodio.
¿Qué es un catalizador y para qué sirve?
Muchos sabréis que es una pieza incorporada en los vehículos actuales pero quizá no tenéis claro para qué sirve. Pues bien, su función es quizá una de las más importantes en materia medioambiental, ya que tiene como objetivo disminuir los elementos polucionantes contenidos en los gases de escape de un vehículo mediante la técnica de la catálisis. Este proceso permite aumentar la velocidad de una reacción química gracias a la participación de una sustancia conocida como catalizador, convirtiendo con ello el 98% de los gases altamente contaminantes formados en el proceso de combustión, como el monóxido de carbono o el óxido de nitrógeno, en otros menos lesivos como el agua o el dióxido de carbono. Debido a la necesidad de este dispositivo de alcanzar temperaturas entre los 400 y los 700 grados centígrados para su rendimiento óptimo, el catalizador se sitúa en el tubo de escape, cerca del motor, donde los gases aun mantienen una temperatura elevada. Así, toda la energía calorífica pasa al catalizador y éste eleva su propia temperatura, permitiendo la transformación de gases.
Los catalizadores comenzaron su andadura en 1975, cuando los fabricantes de coches americanos empiezan a introducirlos en sus modelos como respuesta al Plan de Aire Limpio de los Estados Unidos exigido por la Environmental Protection Agency (EPA). El objetivo era reducir en un 75% la contaminación emitida por los vehículos de combustión posteriores a 1975, con lo que el catalizador se convirtió rápidamente en una pieza que abundaba en todo tipo de medios transportes, desde vehículos de particulares hasta autobuses o trenes.
Exteriormente, no es más que un cilindro de acero inoxidable, pero en su interior cuenta con materiales muy interesantes. En primer lugar y, a causa de las elevadas temperaturas que alcanza, el catalizador está recubierto con una pantalla antitérmica de metal que evita que el calor dañe nuestro vehículo. Éste alberga una matriz cerámica cilíndrica u ovalada que adopta forma de panal –alrededor de 70 celdas por centímetro cuadrado- y está impregnada de una resina en la que encontramos algunos elementos nobles metálicos, tales como Paladio (Pd), Platino (Pt) y Rodio (Rh). Su función es iniciar y acelerar las reacciones químicas entre las diversas sustancias que llegan al catalizador, con las cuales entran en contacto. Pero es importante aclarar que los propios metales nobles no participan en estas reacciones y, mientras los dos primeros permiten la función de oxidación, el Rodio interviene en la reducción de los gases nocivos.
Los gases de escape contaminantes que se generan en el motor, una vez entran en contacto con la superficie activa del catalizador son transformadas parcialmente en elementos no polucionantes.
Estos materiales tan preciados son los que han despertado el interés de los ‘cacos’, hasta el punto de que el robo de estos dispositivos se ha incrementado en más del doble en los últimos tres años. La subida del precio del Paladio y del Platino en el mercado ha llevado a que, en Reino Unido, según informan fuentes de la BBC, al menos 25.000 ladrones hayan sido puestos a disposición judicial por este motivo entre 2010 y 2014. Pero no se trata de un caso reservado a otros países, en España, el robo de catalizadores es también una práctica bastante extendida. Tras numerosas denuncias por parte de particulares y empresarios en la provincia de Valencia en el año 2012, la última noticia destacable data de mayo del pasado año, cuando la Policía Nacional desarticuló en Leganés a una banda especializada en sustraer catalizadores, deteniendo a tres de sus miembros que actuaban siempre de madrugada en el barrio de Zarzaquemada.
El robo de los catalizadores: ¿Por qué están en el punto de mira?
Según fuentes de la Policía Nacional, esta pieza puede alcanzar un precio en torno a los 300-400 euros en el mercado negro, dependiendo de su tamaño.
Hay que subrayar que a día de hoy, el precio del Platino se situaba en unos 32.50 euros el gramo, mientras que el Paladio superaba los 63.20 euros por gramo. Si tenemos en cuenta que en cada catalizador se puede encontrar entre uno y dos gramos de platino, el beneficio por dispositivo ronda los 110 euros, a lo que deberemos sumar el precio del resto de metales nobles y de la propia chatarra. Además, los usos que se pueden dar a sus componentes son muy diversos, aunque la práctica más común es exportarlos para fundirlos y así obtener derivados como joyas y complementos textiles. Realmente, no es una pieza fácil de conseguir, ya que se encuentra situado en los bajos de los coches, siendo así los vehículos industriales, las furgonetas y los todoterrenos los más afectados al requerir menos esfuerzo por parte de los ladrones.
¿Cómo roban el catalizador?
En algunos modelos, especialmente los más antiguos, es tan fácil como darle una patada al tubo de escape. En la mayoría de los casos, requiere algo más de trabajo, necesitando algunas herramientas específicas para ello. Las más utilizadas son los gatos, las sierras e incluso las cadenas, las cuales atan al tubo para arrancarlo ‘de cuajo’ con la ayuda de otro vehículo. Todo dependerá de la prisa con la que actúen los ladrones, la discreción con la que puedan permitirse actuar y el escándalo que quieran montar. Por suerte, la última técnica es la menos extendida, ya que requiere un entorno algo más apartado para evitar ser oídos por los vecinos y los destrozos que produce en los bajos del vehículo son considerables.
¿Puede afectarme la ausencia de catalizador?
Respecto al motor, su funcionamiento y el rendimiento no se verán afectados por la ausencia del catalizador, pero se trata de una pieza que, al ser robada, los conductores han de reemplazar obligatoriamente para pasar la ITV. Por ejemplo, el precio de un catalizador nuevo para un camión puede oscilar, con mano de obra, entre los 2.000 y los 5.000 euros. Por ello, muchos afectados por la oleada de robos acuden a los desguaces para reponerlos, aunque estos tampoco se han librado de los asaltos por parte de las bandas que trafican con metales preciosos. Lo más frecuente es que el propio seguro del vehículo cubra en torno al 80% del precio total de la pieza, pero habrá que leer la letra pequeña con detenimiento, ya que aseguradoras como Mapfre no cubren el robo del catalizador si es el único elemento sustraído.
¿Qué coches son los más afectados en el robo de catalizadores?
Aunque todos los coches son susceptibles de ser asaltados, lo cierto es que los vehículos con mayor distancia al suelo son los más afectados. Vehículos comerciales -como los camiones por sus grandes catalizadores- o las furgonetas son los más castigados aunque en los últimos meses, los modelos de corte SUV y sobre todo, los híbridos han sufrido un fuerte crecimiento. Mientras en los SUV el aumento se debe a la distancia existente al suelo -que mejora la comodidad de los ladrones-, los híbridos lo son por el hecho de que la actuación del motor de combustión es menor debido a la electrificación y un menor uso del motor de combustión permite al catalizador tener un uso muy inferior.