En los próximos días Ford comenzará la recepción de pedidos de los nuevos S-Max Vignale. Fabricados en España con sumo cuidado y pasión por el detalle, quedan situados como tope de gama e intentarán captar la atención de los usuarios más exquisitos gracias a los muchos cambios realizados para aumentar el confort.
Al igual que sucede en el Mondeo, el S-Max Vignale resulta más silencioso que el modelo convencional, incluyendo el sistema Active Noise Control que anula el sonido del motor (sólo en los diésel) en el habitáculo. Exteriormente se reconocen por las molduras identificativas, las llantas de aleación de 18 pulgadas, los apliques cromados y la pintura metalizada especial.
La dotación de serie para España contempla las ópticas delanteras LEDs direccionales, antinieblas con marco cromado, cristales tintados, tapizado en piel de calidad superior, asientos delanteros eléctricos y el del conductor con memoria, asientos delanteros térmicos, sistema Ford SYNC con pantalla de 8 pulgadas, equipo de audio de alta calidad, iluminación interior LED, acceso y arranque sin llave, sensores de parking delanteros y traseros, etc.
En opción el S-Max puede recibir la cámara de visión posterior, cámara de visión delantera, portón manos libres, detector de objetos en ángulo muerto, volante térmico, climatizador de tres zonas, dirección adaptativa, asientos delanteros con función masaje, techo panorámico, sistema de aparcamiento asistido, etc.
La oferta inicial del S-Max Vignale está formada por el motor 2.0 Ecoboost de 240 CV en combinación con una caja de cambios automática, y los diésel 2.0 TDCI con 180 CV y 210 CV. Este último va siempre ligado al cambio automático Powershift mientras que el menor de los diésel se puede pedir con cambio manual o automático, y con tracción delantera o total.
El nuevo Ford S-Max Vignale está ya listo para su comercialización en España con precios que arrancan en los 44.550 € del 2.0 TDCI 180 CV con cambio manual de seis velocidades, sin tener en cuenta posibles promociones y ciertos descuentos que habitualmente terminan haciendo en los concesionarios.