Durante muchos años Volkswagen Brasil ha ofertado una gama de productos bastante inferior a la que se comercializaba en Europa. Ahora parece que las cosas podrían cambiar una vez hemos visto la nueva generación del Polo para la región y que es prácticamente igual a la europea.
De entrada es importante confirmar el uso de la plataforma MQB, un elemento que permitirá añadir modelos más modernos a la gama algo más adelante. También resulta interesante que se hayan mantenido casi intactos todos los elementos de diseño del «original producido en España», ganando en empaque y calidad respecto al anterior.
En el habitáculo la calidad de realización no será exactamente igual pero subirá bastante en relación al anterior. Sí podrán tener mucho equipamiento, destacando la instrumentación digital configurable con pantalla de 10,3 pulgadas que será toda una novedad en el segmento.
Otros elementos son el control de estabilidad con XDS, climatizador automático de dos zonas, acceso sin llave, arranque por botón, control de velocidad, ordenador de viaje, elevalunas eléctricos en las cuatro puertas, sistema multimedia con pantalla de hasta ocho pulgadas, control por voz, Apple CarPlay, cargador de móviles sin cables, luces diurnas por LEDs, etc.
En cualquier Polo, por barato o asequible que sea, incluirán la dirección asistida, cuatro airbags (lo que está bastante bien en Brasil), elevalunas eléctricos delanteros y traseros, cierre con mando, aire acondicionado, anclajes ISOFIX, puerto USB, asiento posterior abatible, etc.
La mecánica más sencilla es la 1.0 MPI Flex con 84 CV de potencia. En un escalón intermedio se sitúa el 1.6 MPI con 117 CV de potencia y, en ambos casos, la caja de cambios es manual con cinco velocidades. La mayor novedad es el 200TSI (denominación que toma allí el 1.0 TSI por la cifra de par, 200 Nm) que se adapta al alcohol y desarrolla hasta 128 CV de potencia.