Ayer conocimos todos los detalles del nuevo Audi RS 3, un modelo que llega con novedades como un frontal más expresivo, un llamativo difusor trasero, detalles en fibra de carbono, unos asientos RS tipo bucket increíbles y un volante con partes superior e inferior achatadas con un inconfundible y atractivo diseño.
El más rápido de su clase en su vuelta en Nürburgring-Nordschleife, con un tiempo de 7:33,123 minutos llega con bajo el capó con un motor 2.5 TFSI, combinado con la configuración optimizada del chasis y los nuevos neumáticos de serie y su opción de neumáticos semi-slick Pirelli P Zero Trofeo R que siguen estando disponibles como opción.
Aunque muchos de sus fans incondicionales sólo se fijen en el legendario motor 2.5 TFSI de Audi Sport, con 294 kW (400 CV) y un par máximo de 500 Nm, que permite al compacto deportivo acelerar de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 290 km/h, en la marca están preocupadas por otras cosas tal y como nos han hecho saber.
El olor interior es una prioridad para Audi
Desde Audi nos han comentado que el olor interior de los coches que fabrica es ahora una prioridad.
Lo que en realidad conocemos como «olor a coche nuevo» en realidad es una combinación de olores a materiales plásticos, espumas, textiles, barnices y demás que se desprenden de los diferentes elementos del interior de los coches.
Hoy sabemos que la marca ahora está preocupada en que el aroma en el interior sea más agradable y natural.
Para ello deben aplicarse diversas medidas de calidad en el proceso de fabricación, desde la selección de la piel hasta el acabado, pasando por los elementos utilizados en el curtido. Todos los componentes del interior -unos 200 por vehículo- se analizan y evalúan químicamente, para lo cual se calientan en una cámara especial y después se analiza el aire en un proceso que dura de dos a tres horas por componente.
Una vez concluidas las pruebas de todos los elementos individuales, se comprueba la interacción de los distintos materiales en el propio vehículo. Al fin y al cabo, aquí es donde se unen todos ellos, donde deben proporcionar un aroma agradable cuando se combinan, independientemente de las condiciones climáticas en las que nos encontremos.
Para ello, los calefactores instalados en el exterior, por ejemplo, simulan las temperaturas de los calurosos días de verano. Los olores resultantes son evaluados por un equipo de cinco químicos en función de su tipo e intensidad, garantizando que satisfaga los estándares de sus clientes.
Hace años supimos de la existencia de los los que se dedicaban a oler coches en SEAT o Ford y curiosamente, años más tarde hemos sabido que esta es la nueva preocupación de los fabricantes de coches europeos.