Diseño/Estética
Calidad de acabados
Equipamiento
Habitabilidad
Maletero
Gama mecánica
Comportamiento
Dirección
Relación valor-precio
7.3
Notable
Con la proliferación de vehículos crossovers, los todoterreno puros han ido desapareciendo del mercado. Pocas son las marcas que ofrecen todavía un 4×4 capaz fuera del asfalto, pero por suerte para los amantes de este tipo de vehículos aún está Toyota, que ahora ha decidido presentar una actualización del popular y veterano Land Cruiser/Prado cuyos cambios afectan principalmente al frontal y al equipamiento. Así, este modelo combina el confort de un turismo con unas posibilidades camperas sensacionales.
Toyota ha sido desde siempre una de las marcas de referencia en modelos 4×4, especialmente gracias a sus todoterreno y sus pick up, entre los que se han distinguido, desde hace más de medio siglo, el Toyota Land Cruiser y el Toyota Hilux. Ahora llegan a España las últimas variantes del todoterreno y el pick up de referencia en todo el mundo, que siempre han destacado por sus sobresalientes niveles de calidad, durabilidad y fiabilidad —Quality, Durability and Reliability (QDR)—. Como del Hilux te hablé recientemente en la prueba, hoy me centraré en el Land Cruiser, pues al fin y al cabo es el que más cambia.
Han pasado ya nada menos que 67 años desde que conociéramos el primer Toyota Land Cruiser. Los todoterrenos de pura cepa no abundan precisamente en el mercado, y esa es precisamente una de las razones por las que este modelo resulta tan sumamente especial. A lo largo de su historia, se han vendido ya más de nueve millones de unidades y, actualmente, se comercializa en 195 países, aunque en algunos de ellos, como es el caso de Australia, es el Toyota Land Cruiser 70 pick up el auténtico súper ventas.
En la gran mayoría de mercados en los que se comercializa y, de cara a este 2018, el modelo se renueva ligeramente para seguir siendo un rival duro de pelar frente a sus principales alternativas, tales como el Jeep Wrangler, el Mitsubishi Montero y el Mercedes-Benz Clase G. El nuevo Land Cruiser ofrece así una imagen renovada, con un carácter más robusto y más premium, un habitáculo de nuevo diseño y mayor calidad percibida, nuevas opciones de equipamiento y unas aun mejores cualidades dinámicas gracias a diversos dispositivos de ayuda a la conducción.
¿Nos vamos a conocerlo a fondo?
Ligeras novedades lo mantienen al día
Como se puede apreciar a simple vista, el nuevo Land Cruiser no es más que una simple evolución del anterior estéticamente hablando. Se mantiene casi intacta la base ya conocida, pero tras este lavado de cara se reconoce por el nuevo frontal más elegante en el que se han modificado los paragolpes, las ópticas principales e incluso la parrilla, ganando en empaque y robustez.
La vista lateral está protagonizada por una amplia superficie acristalada -con los cristales posteriores tintados opcionalmente- que, junto a las enormes lunas delantera y trasera, garantiza una buena visibilidad en todos los ángulos. Destacan también las generosas puertas de superficie limpia y unos marcados pasos de rueda, las estriberas y los intermitentes LED integrados en los retrovisores.
Llenando los pasos de rueda nos encontramos con unas llantas de aleación de 19 pulgadas en los acabados VXL y Limited (17 pulgadas en los GX y VX) calzadas con unos neumáticos de dimensiones 265/55 R19. Las medidas varían en función de si elegimos la carrocería de tres o cinco puertas. En el primer caso, hablamos de 4,39 metros de largo, 1,85 metros de ancho y 1,83 metros de alto. La batalla asciende a 2.450 milímetros.
En el caso del cinco puertas, hablamos de 4,84 metros de largo, 1,85 metros de ancho y 1,84 metros de alto, mientras que la batalla mide 2.790 milímetros. Las vías delantera y trasera miden lo mismo en ambas versiones, 1.585 y 1.585 mm respectivamente. El coeficiente aerodinámico es de 0,32.
En la zaga lo más novedoso es la introducción de nuevas carcasas para los pilotos traseros (con tecnología LED), un paragolpes con nuevas formas y pequeños detalles específicos en el portón. Además, es importante añadir que este continúa abriéndose de forma lateral. En conjunto no es que se vea especialmente moderno, pero al menos ha conseguido rejuvenecer unos cuantos años.
Vista desde arriba, este modelo puede equipar un techo solar practicable que es de serie en los acabados VXL y Limited, en el resto no hay disponibilidad ni siquiera de manera opcional. Curiosamente, no encontrarás antena sobre el techo, ni de tipo convencional ni de tipo aleta de tiburón.
Más fresco, más premium
En el interior los cambios son algo más notables, manteniendo la elevada sensación percibida, aunque quizás nos costaría encasillarlo dentro del segmento premium puro y duro como afirma la marca. Si bien es cierto, se hace un uso abundante de materiales agradables a la vista y al tacto, estrenando un salpicadero renovado que se sitúa más bajo para favorecer la visibilidad y algunos elementos del Land Cruiser 200, como el volante o el pomo de la palanca de cambios.
Es también novedad la instrumentación, ahora más completa y visual, así como la consola central, la cual cuenta con mandos más sencillos de manejar y un sistema multimedia de última generación. Adicionalmente, también podemos encontrar un salto de calidad en el equipamiento de serie y opcional, como podréis leer en el último apartado de la prueba. Por lo general, es bastante ergonómico y algo más intuitivo que antes, aunque algunos botones se mantienen ligeramente escondidos.
Como os comento, el Toyota Land Cruiser 2018 también estrena sistema multimedia, el cual cuenta ahora con una pantalla de ocho pulgadas y la interfaz Toyota Touch 2 & GO, que permite visualizar dos informaciones distintas al mismo tiempo y una mayor conectividad con el teléfono. Se trata de un sistema algo más fluido que el anterior, pero se mantiene por detrás de algunos de sus competidores tanto en gráficos como en compatibilidad, pues no ofrece ni Android Auto ni Apple CarPlay.
Es una pena que el sistema multimedia no ofrezca grandes gráficos, porque el sistema de cámaras perimetral ofrece numerosas vistas y resulta de gran ayuda al maniobrar en ciudad o fuera del asfalto.
En términos de habitabilidad, hablamos del mismo vehículo, con una situación elevada de los asientos, un acceso amplio pero bastante alto y las mismas cotas en todas las plazas. En la segunda fila de asientos pueden viajar con comodidad hasta tres adultos tanto por espacio para las piernas como por anchura a la altura de los hombros, y además los asientos pueden regularse tanto longitudinalmente como en el respaldo.
La tercera fila de asientos es de serie en todas las versiones de cinco puertas salvo en el modelo de acceso a la gama, y lo cierto es que son algo menos estrechas de lo que me esperaba, aunque su acceso resulta ligeramente complicado. Son las mismas que en su predecesor y en ellas pueden viajar dos adultos de estatura media con cierta comodidad, pero eso sí, llevarán las rodillas bastante flexionadas.
Respecto al maletero, este cubica un total de 381 litros en la versión de tres puertas, de 621 litros en la versión GX de cinco plazas y 553 litros en el caso de las variantes con siete asientos -104 litros con esta configuración-. Si abatimos los asientos, dichas cotas crecen hasta los 1.434, 1.934, y 1.833 litros, respectivamente. En cualquier caso, las formas son muy regulares y aprovechables, pero encontraremos dos inconvenientes: la altura del piso de carga y el portón de apertura lateral. Por suerte, la luneta se abre de manera independiente -hacia arriba-.
Una mecánica, dos transmisiones
La gama para el mercado español está formada por un único motor diésel de cuatro cilindros y 2.8 litros desarrollado en hierro y aluminio que cuenta con dos árboles de levas en la culata, inyección directa por conducto común, admisión variable, turbo, geometría variable e intercooler capaz de desarrollar 177 CV (130 kW) a 3.400 rpm y 450 Nm de par motor entre las 1.400 y las 2.600 vueltas (420 Nm el manual).
Como cabría esperar, siempre está ligado a la tracción total a las cuatro ruedas y los usuarios pueden elegir en algunas versiones entre la caja de cambios manual de seis velocidades o bien la automática con el mismo número de relaciones. En todos los se incluye la reductora.
Realmente es el mismo bloque del modelo anterior, el cual no se caracterizaba especialmente por ser un motor silencioso y carente de vibraciones, aunque lo cierto es que, en un modelo como este, se agradece ese cierto sonido tosco de todoterreno. En cualquier caso, no resulta ni mucho menos molesto, sólo algo más notable respecto a lo que estamos acostumbrados en un coche moderno. Además, la insonorización del habitáculo está aparentemente muy conseguida (fakta probarlo en autopistl).
Como únicamente tuvimos ocasión de probar el modelo en la finca, no son muchas las conclusiones que puedo sacar acerca del comportamiento de este motor, salvo que su empuje al acelerar es correcto y aparentemente resulta suficiente para mover los 2.245 kilogramos que pesa el Land Cruiser. Tendremos que esperar a probar el modelo en carretera y algo más cargado para ver la energía con la que responde fuera del asfalto.
No me ha gustado particularmente el funcionamiento del cambio automático por convertidor de par con seis relaciones. Si bien es cierto que cumple con su cometido, no ofrece una respuesta inmediata y el resbalamiento del convertidor de par es muy acusado, por lo que requiere pisar el acelerador con algo de contundencia. En carretera puede no resultar molesto, pero al maniobrar o moverse por el campo superando obstáculos, no es el más acertado.
Siempre me han gustado mucho los cambios automáticos, pero en este caso, lo cierto es que me lo pensaría un par de veces antes de decantarme por él y, por supuesto, lo probaría antes de la compra, pues todo es cuestión de gustos.
Otra opción es usar el modelo en modo secuencial, pero en este caso la electrónica es muy invasiva y no te permite forzar situaciones, por lo que es el propio cambio el que vuelve a gestionar por sí solo la subida o bajada de marchas si nos acercamos a la zona roja del cuentarrevoluciones o dejamos caer en exceso las marchas. Eso sí, ojo porque son las unidades con cambio automático las que incluyen de serie el paquete de asistencias Toyota Safety Sense.
Ficha técnica
Version | 180D - 4 cilindros en línea |
---|---|
Cilindrada | 2.755 cm³ |
Potencia | 130 kW (177 CV) @ 3.400 rpm |
Par | 450 Nm @ 1.400 - 2.600 rpm |
Peso | 2.245 kilos |
Dimensiones Lar/An/Al mm | 4.840 / 1.855 / 1.845 mm |
Volumen Maletero | 553 [104 - 7 plazas] (1.833) litros |
Aceleración 0 a 100 km/h | 12,7 segundos |
Recuperación 80 a 120 km/h | 10,9 segundos |
Velocidad máxima | 175 km/h |
Consumo homologado | 9,2 / 6,3 / 7,4 l/100 km (urb. / extraurb. / comb.) |
Emisiones CO2 por km | 194 g/km de CO₂ (Euro 6) |
Precio de partida | 60.600 euros (este acabado sin descuentos) |
Toda una máquina fuera del asfalto
Como os comentaba en el apartado anterior, solo he tenido la oportunidad de ponerme al volante del nuevo Toyota Land Cruiser fuera del asfalto, por lo que me limitaré a hablaros de sus capacidades en este apartado. Como ya sabéis, se trata de un modelo que ofrece una flexibilidad y una robustez superiores gracias a la carrocería sobre chasis de largueros, además de contar con un nuevo diferencial trasero Torsen de deslizamiento limitado.
Esto, junto a los sistemas Crawl Control y Multi Terrain System de los acabados más altos, permiten al Land Cruiser subirse, literalmente, hasta por las piedras. El primero de ellos dosifica el acelerador y el freno con cinco velocidades predefinidas para que bajar o subir pendientes sea coser y cantar, mientras que el segundo de ellos actúa sobre el motor, la caja de cambios y las ayudas electrónicas para ofrecernos hasta cinco modos de conducción off road: barro y arena, rocas, polvo y rocas, gravilla y baches, con su correspondiente modo automático.
Adicionalmente, el Toyota Land Cruiser 2018 tiene unas cotas excelentes, aunque siempre debes pensar en acompañarlas de unos neumáticos adecuados si lo vas a sacar con frecuencia del asfalto. Su ángulo de ataque es de 31º, su ángulo ventral de 22º y su ángulo de salida de 26º. La altura libre mínima es de 215 mm (205 mm el 3p) y su capacidad de vadeo alcanza los 70 centímetros. Adicionalmente, la pendiente máxima superable es de 42º y la inclinación lateral alcanza los 44º.
Por último, cabe mencionar que el modelo cuenta con tres tipos de suspensiones, como ya ocurría en su predecesor. En primer lugar encontramos la de serie; seguida de la KDDS con cartuchos hidráulicos que actúan sobre las barras estabilizadoras; y la más confortable de todas, que cuenta con muelles neumáticos y amortiguadores controlados electrónicamente con varios niveles de ajuste para situarle un peldaño por encima en confort que sus principales rivales.
Muy equipado, pero a precio elevado
Los niveles de acabado del Land Cruiser 2018 para nuestro mercado se denominan GX, VX, VXL y Limited (los dos primeros están más enfocados para profesionales, como ocurre en la nueva gama del Toyota Hilux). El primero ya cuenta con ABS, EBD, TCS, ESP, TPMS, múltiples airbags, aire acondicionado, dirección asistida, elevalunas y espejos eléctricos, ordenador de viaje, sistema de sonido con bluetooth y USB, llantas de chapa en 17 pulgadas, apoyabrazos central delantero, etc.
Los VX añaden a lo anterior los sensores de parking traseros, cámara de visión posterior, sistema Toyota Touch con pantalla de ocho pulgadas, control y limitador de velocidad, climatizador automático de dos zonas, arranque y acceso sin llave, volante forrado en piel, llantas de aleación de 17 pulgadas, alarma, etc.
La terminación VXL incluye el paquete cromado exterior completo, techo solar eléctrico, suspensión pilotada, diferencial trasero LSD Torsen (sólo 5 puertas), asientos delanteros eléctricos y térmicos, control de crucero adaptativo, SmartBeam, lector de señales de tráfico, sensor de parking delantero, alerta de cambio de carril, doble cierre, faros LED, llantas de 19 pulgadas, aviso pre-colisión, frenada automática en ciudad, sensor de luz y lluvia, espejo interior fotosensible, etc.
Por último, el nivel Limited añade también el tapizado en piel, detector de objetos en ángulo muerto y en maniobras de marcha atrás, asiento del conductor con memoria, paquete maletero, sistema de visión 360º, sistema de entretenimiento en plazas traseras, sistema Crawl Control, suspensión variable adaptativa, sistema de selección multiterreno MTS, etc.
Los precios recomendados quedan de la siguiente manera sin los descuentos:
Motor | GX | VX | VXL | Limited |
2.8D 177 CV 6MT 3p | 38.850 | 43.600 | – | – |
2.8D 177 CV 6AT 3p | – | 46.100 | 52.100 | – |
2.8D 177 CV 6MT 5p | 41.900 | 47.600 | – | – |
2.8D 177 CV 6AT 5p | – | 50.100 | 60.600 | 71.400 |
- Capacidades fuera del asfalto, siendo uno de los pocos todoterrenos de pura cepa que quedan en el mercado.
- Calidad en el habitáculo mejorada, con un diseño actualizado y mejores ajustes que se perciben tanto al tacto como a la vista. Aun así, cuesta definirlo como un modelo premium.
- Gran comodidad a bordo, junto con muchas posibilidades de equipamiento.
- Tercera fila de asientos medianamente generosa. Posibilidad de que tres adultos viajen cómodamente en la segunda fila de asientos.
- Gama mecánica muy escasa, sólo hay disponible una motorización que puedes elegir asociada al cambio manual o automático de seis relaciones.
- El cambio automático de seis relaciones no es todo lo bueno que debería y no lo recomendaría si acostumbras a circular fuera del asfalto.
- Precio de partida elevado debido a su enfoque premium, lo que le aleja del alcance de muchos usuarios, aunque es cierto que la marca ofrece el sistema Pay per Drive.
- El sistema multimedia ha mejorado, pero es una pena que no cuente con mejores gráficos ya que sus cámaras son muy útiles a la hora de maniobrar.