Insertada en el salpicadero tenemos la pantalla no táctil, que se abre y cierra a la par que damos el contacto del RCZ. En ella se muestra el navegador, los menús multimedia y un dibujo del coche que sirve de ayuda al asistente de aparcamiento, al igual que en otros modelos de la marca.
Desde la consola central, junto a la palanca de cambio, también podemos controlar y manejar los menús de la pantalla, así como subir y bajar el alerón trasero, un elemento más estético que otra cosa. Muy de nuestro agrado resultaron los pedales, metálicos pero con un buen sistema antideslizante.
Desde la posición de conducción tenemos un buen acceso visual a la instrumentación del cuadro, pero no así a las dos palancas ubicadas tras el volante y que controlan el teléfono y el control de crucero. Nos llevará apenas unos minutos antes de iniciar la marcha familiarizarnos con ellos, y una vez aprendidos, no tendremos dificultades para accionarlos aunque no estén visibles desde nuestra posición.
La única pega que encontramos en el interior del RCZ son los asientos traseros. Es una pega entrecomillada, puesto que nadie que necesite una buena habitabilidad de las plazas traseras se comprará un RCZ. De hecho, la presencia de estos asientos bien puede ser considerado un añadido, pues perfectamente podría Peugeot haber optado por hacer un biplaza. En este sentido, aunque no se pueden usar de forma habitual, al menos para una emergencia sabemos que disponemos de esas dos plazas. En ellas, una persona incluso de altura media o baja se puede dar en el techo, tener poco espacio para las rodillas, y verse en dificultades para entrar y salir del vehículo.
Para el final dejamos una grata sorpresa. Abrimos el maletero y nos encontramos con una impresionante capacidad de carga, bastante inesperada tratándose de un coupé. En concreto, el maletero del RCZ tiene un volumen de 321 litros, una cifra más que aceptable. Además, se puede ampliar si abatimos la segunda fila de asientos.
Equipamiento:
El nuevo RCZ enriquece su oferta de equipamiento de serie u opcional. El nuevo RCZ dispone ahora de serie del parabrisas acústico y de un Pack Visibilidad compuesto de limpiaparabrisas automático, encendido automático de faros, retrovisor anti-deslumbramiento e iluminación de apoyo y de bienvenida al abrir las puertas.
En lo relativo a los sistemas multimedia, la gama telemática WIP (World in Peugeot) se enriquece con el WIP Nav Plus, además del WIP Sound y del WIP Com 3D. El WIP Nav Plus integra diferentes funciones: un navegador con pantalla grande de 7” en formato 16/9 (WVGA de alta resolución de 800 x 480 píxeles) con una vista en perspectiva y una cartografía de Europa almacenada en su memoria interna, un lector de CD frontal compatible con MP3, una radio tri-banda y 2 antenas, recepción de infotrafic RDS, una conexión Bluetooth para la función de teléfono manos libres y streaming de audio, una toma Jack y otra USB en el reposabrazos central, e información de la limitación de velocidad en vigor en las principales carreteras (esto último puede resultar muy interesante).
En materia de seguridad destaca el ya conocido de sobra por todos Peugeot Connect SOS (llamada de emergencia) y Peugeot Connect Assistance. Estos servicios, gratuitos y sin límite de uso, son de serie. El servicio Peugeot Connect SOS, del que la marca es una de las pioneras y líderes en Europa, puede solicitarse manual o automáticamente (al accionarse los airbags). Localiza con precisión el vehículo y activa el envío de los servicios de emergencia adecuados para una rápida intervención. La fabricación del capó en aluminio –igual que los arcos del techo- permite la integración de un sistema que, en caso de atropello, lo eleva para aumentar la distancia entre éste y las partes duras del motor y dar así mayor protección al peatón.
En líneas generales, el equipamiento del Peugeot RCZ es muy completo. El detector de obstáculos delantero y trasero es opcional con un sobrecoste de 250€ y la alarma antirrobo 360€. Por otro lado, elementos como la tapicería en cuero o los cromados del interior suponen un paso hacia delante de la marca del león, porque además son de buena calidad.
Motorización:
La unidad probada del Peugeot RCZ montaba un propulsor 1.6 THP de 156 CV. Actualmente Peugeot ofrece el RCZ con dos motorizaciones gasolina: la probada por nosotros –en versión manual y automática- y un 1.6 THP de 200 CV. Por su parte, el diésel se puede pedir únicamente con el motor 2.0 de 163 CV, el mismo que hemos probado en su variante conjunta con el motor híbrido, y que tanto Peugeot como Citroën utilizan para modelos como el 3008 HY4, 508 RXH o DS5 HY4.
Con este vehículo hemos hecho tres pruebas distintas durante una semana. Bueno, en realidad pruebas como tal dos. Me explico. Por un lado, recorrimos una carretera de montaña bastante revirada y por otro hicimos un recorrido de aproximadamente 200 kilómetros por autopista. Dado que tuvimos la suerte de probar el RCZ durante una semana, consideraré como una tercera prueba el día a día durante esas siete jornadas.