Los asientos son bastante cómodos, acabados en cuero y calefactables, lo que hará que vayamos más cómodos en las frías mañanas del invierno. Las costuras, sin imperfecciones, satisfarán incluso a los más exigentes, pues aunque evidentemente nos son los mejores acabados del mercado (tampoco lo más caro), son más que notables. Recogen bien pese a su tamaño, y la posición elevada de conducción garantiza un dominio de la situación en lo que a visibilidad se refiere. Quizá únicamente tiene alguna carencia en la visibilidad por la parte trasera, pues el cristal del portón es pequeño, y con ocupantes en las plazas traseras puede que nos impida ver del todo bien. Como contrapunto, destacaría los generosos espejos retrovisores laterales, en la línea de lo que pueden ser los del Suzuki Grand Vitara. Las plazas traseras son espaciosas, pudiendo viajar en ellas 5 personas sin problemas, aunque las banquetas son completamente planas, al igual que el respaldo, lo que podría ser un inconveniente para algunos. Estos asientos son abatibles asimétricamente, dejando un maletero tremendamente aprovechable tanto en profundidad como en altura. Sin abatir, la capacidad de carga es de 400 litros, normal.
Si levantamos la mirada vemos uno de los atractivos del Nissan Qashqai, el techo panorámico. Proporciona luminosidad al habitáculo y a mi personalmente me resulta muy agradable, aunque es verdad que posiblemente en verano, con días muy calurosos pierda su utilidad. Por otro lado, junto con la palanca de cambios, que no lo hemos mencionado hasta ahora, encontramos una ruleta para conectar la tracción total.
Seguridad y equipamiento:
La unidad probada, un Nissan Qashqai Tekna Premium 1.6 dCi 130 CV Stop&Start 4×4, es una de las más caras de toda la gama. Sin embargo, todo el equipamiento de que dispone, viene de serie, lo cual compensa en cierto modo su precio de partida. Entre todo el equipamiento que monta, destacaríamos los faros de xenón, control de tracción, velocidad y estabilidad, volante multifunción ajustable en altura y profundidad de piel, ordenador de viaje, distribución electrónica de frenado EBD, climatizador bizona, sensor de lluvia y encendido automático de faros, acceso sin llave, sistema Start/Stop, etc.
Por otro lado, dispone de airbags frontales y laterales en las plazas delanteras de serie, pero en los asientos traseros, los airbags laterales no están disponibles ni siquiera como opción, en lo que supone sin duda, un punto a mejorar. Los elevalunas son eléctricos, tanto delanteros como traseros, sin embargo únicamente el del conductor es automático. Un vehículo de este precio, en nuestra opinión, debería ofrecer, al menos como opción, esta posibilidad.
En cuanto al sistema de arranque, lo que Nissan denomina llave inteligente, me ha resultado muy cómodo y funcional. Llevando el mando de apertura encima, te despreocupas de andar sacándolo del bolsillo. Aunque, como siempre, tiene el problema de vigilar quien anda cerca según te alejas del coche, por si acaso. No obstante tienes que estar bastante cerca para que el coche se abra, así que no es inseguro.
La pintura metalizada si que va al margen, suponiendo un incremento de aproximadamente 400€, así como las llantas deportivas de aleación de 18 ‘’, que tienen un sobrecoste de otros 400€.
También de serie viene una de las cosas que más gratificante me ha resultado del crossover de Nissan: la cámara de visión 360 grados. El sistema dispone de cuatro pequeñas cámaras de video montadas en la parrilla delantera, el portón trasero y las carcasas de los dos retrovisores exteriores. La combinación de las imágenes de las cuatro cámaras permite al sistema proyectar una vista cenital de 360 grados de los alrededores del vehículo en la pantalla del sistema de navegación e información Nissan Connect, de serie como digo desde el acabado Tekna Sport. En pantalla, esta imagen se combina con la de marcha atrás ampliada, lo que ofrece una garantía a la hora de aparcar. Una vez terminada la maniobra, podremos observar en qué posición ha quedado nuestro coche sin siquiera bajarnos de él. El sistema se conecta automáticamente cuando se inserta la marcha atrás o cuando se circula a menos de 10 km/h y se presiona el botón «camera» del salpicadero al que hacíamos referencia antes, y se desconecta cuando el coche alcanza una velocidad determinada.
Asimismo, en lo que a seguridad se refiere, el Qashqai cuenta con otros sistemas de control electrónicos como el CBC (Concerning Brake Control) y el EUC (Enhanced Understeer Control). En este último caso, el sistema aplica los frenos a las cuatro ruedas para reducir el exceso de subviraje. Por último, el HFC (Hydraulic Fade Compensation) impide que los frenos fallen después de haber sido utilizados durante un largo periodo.
Motor:
Hasta hace unos meses Nissan ofrecía para el Qashqai dos variantes diésel, una de 110 CV y otra de 150 CV. Este motor de 130 CV, desarrollado conjuntamente con Renault en una inversión de 320 millones de euros, viene a sustituir al segundo de ellos y además a ofrecer una versión intermedia, aunque por prestaciones rinde muy parecido a aquél, ya que, entre otras cosas, pesa un poquito menos (el de 150 CV se ha quedado sólo para el acabado con cambio automático).