Se trata de un propulsor diesel de inyección directa de 1.598 c.c. que, siguiendo la política de la marca de reducir la cilindrada de sus motores, sin que ello afecte a su rendimiento, ofrece el consumo y las emisiones de CO2 propias de un motor de 1,6 litros, pero con unas cifras de potencia y par habituales en un motor de 2 litros. Con 130 CV y el sistema Stop & Start de serie, este motor es el diesel más potente del mundo en su cilindrada y su impresionante cifra de par de 320Nm (equivalente a la del motor 2.0 al que sustituye), se consigue a tan sólo 1.750 rpm, con el 80% del total disponible, desde sólo 1.500 rpm. Las prestaciones de este motor sitúan al Qashqai por encima de sus rivales con motores de idéntica cilindrada, permitiendo homologar una velocidad máxima de 190 km/h. y una aceleración de 0 a 100 km/h. en sólo 10,3 segundos. Esta mejora en las prestaciones no se ha conseguido a costa del medio ambiente, ya que su consumo combinado es un 24% inferior al del 2.0 dCi, y las versiones 4×2 consumen sólo 4,5 l/100km (por 5,9 del anterior motor), y emiten 119 gr/km de CO2 (contra 155 en el 2.0 dCi).
El nuevo 1.6 dCi, dispone de sistema Stop & Start combinado con un alternador regenerativo que usa la energía de las desaceleraciones para cargar la batería. El sistema de frenado regenerativo, consigue, por si sólo, una reducción del 3,5% de las emisiones de CO2. El sistema Stop & Start apaga el motor cuando el Qashqai se detiene, siempre que el cambio se encuentre en punto muerto, no se accione el embrague, la velocidad sea inferior a 2 km/h., el conductor tenga el cinturón abrochado y su puerta esté cerrada. Todas estas circunstancias coinciden cuando el coche se encuentra detenido en un semáforo, en un atasco o en un paso a nivel, por ejemplo. Luego, el motor vuelve a ponerse en marcha automáticamente con sólo pisar el embrague, o cuando al soltar el freno el coche supera los 2 km/h. de velocidad. También se pone en marcha al accionar el desempañado del parabrisas o la luneta trasera o cuando el vehículo detecta que la carga de la batería, a causa del consumo de elementos como el aire acondicionado, es excesivamente baja.
Con un nivel de emisiones, de sólo 119 gr/km de CO2, el Nissan Qashqai 1.6 dCi se hace acreedor de la mención Pure Drive que designa a todas las versiones de los modelos de la marca que emiten menos de 130 gr/km de CO2. La variante de carrocería de siete plazas Qashqai+2 de este mismo motor, con unas emisiones de 123 gr/km de CO2, también dispone de esta mención.
Ahora bien, ¿de qué adolece el Nissan Qashqai? No es un defecto como tal, sino algo propio de un coche que trata de abarcar más de un terreno. El Qashqai no es un todoterreno, pero tampoco es un turismo. Por lo tanto no es un 10 en ninguno de las dos superficies (campo y carretera), pero tenemos que admitir que la fusión de características propias de ambos segmentos hace de este crossover un coche muy válido para el día a día. Tiene un comportamiento bueno en carretera, aunque sale perdiendo en términos de frenada y estabilidad con otros coches como el Focus o el Megane; y no le podremos exigir hacer estrictamente campo. Pero si es un buen compañero para pistas o caminos de dificultad moderada. Añado en este punto, que en esta versión con tracción total, aun estando activada, en condiciones de adherencia normales toda la fuerza del motor va a las ruedas delanteras; las traseras sólo hacen fuerza cuando las delanteras empiezan a patinar.
Dejamos para el final uno de los puntos fuertes del Nissan Qashqai 1.6 dCi, el consumo. La marca homologa unos consumos oficiales de 4´6 l/100 km extraurbano, 5´1 mixto y 6´1 en terreno urbano. Pues bien, nuestra experiencia personal indica que a velocidades legales los resultados obtenidos eran muy parejos a los facilitados por Nissan. De hecho, en el trayecto que se muestra en la imagen, a velocidad máxima de 100 km/h logramos exactamente un consumo medio de 4,6 l/100 km. Con una conducción normal, pero siempre sin pasar de 120, los resultados rondaban los 5´3 l/100 km.
Precio y conclusiones:
El precio de acceso al Qashqai es de unos 20.000€, sin embargo, la unidad probada está disponible por 31.170€ incluyendo la pintura metalizada y las llantas de 18’’, y sin contar con los posibles descuentos que se puedan aplicar después. Es un precio alto, aunque siempre dependiendo de con qué coches lo comparemos. Es decir, tratándose de un superventas, si miramos al Focus o al Megane, el Qashqai sale claramente perdiendo. Sin embargo, en comparación con otros SUV, se trata de un coche que está dentro de la media o incluso un poco por debajo. Y, por lo menos a priori, ofrece calidad. En definitiva, es un “todocamino”, útil también para la vida diaria, y no apto para quienes pretendan hacer de él un uso campestre extremo. La tracción total (sin la cual el coche valdría 3.000€ menos), permite pensar en el Qashqai como un coche a comprar para quienes se muevan también por zonas de abundantes lluvias, con períodos invernales en los que haya alguna que otra nevada. Si buscamos un turismo, no obstante, yo me decantaría antes por otras opciones, aunque como se puede deducir por la prueba, el Qashqai me ha dejado muy buenas sensaciones.
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